Pérez-Tabernero indicó que "nunca se han cumplido este tipo de previsiones" y, por lo tanto, hay que esperar a que se produzca una recuperación clara de la economía para empezar a realizar planes de futuro, "pero mientras no se acomentan las reformas estructurales que se necesitan no se va a crear empleo al ritmo que la sociedad demanda".

"Esta reforma sigue endiente", apuntó el presidente de AJE, "y esto es dramático, porque puede pasar que el filón de la recuperación económica no lo aprovechemos como debiéramos".

A juicio del máximo responsable de AJE, el Gobierno debe acometer reformas en campos como el administrativo, "simplificando la absurda carrera de obtáculos ahora existente"; el fiscal, con más ventajas para los empresarios que reinviertan beneficios; el laboral, ampliando la flexibilidad y la movilidad de los trabajadores, y, sobre todo, en la aptación de fondos, con intereses más bajos y reduciendo las cotizaciones a la Seguridad Social.

Sobre este último apartado, Pérez-Tabernero explicó que la medida debe ir unida a un control del déficit público, el cual está supeditado a una racionalización del Estado de Bienestar. "El recorte de cotizaciones no soluciona el problema si no se controla el gasto público", apuntó, "ya que existen demasiados organismos y funcionarios que pueden suprimirse".

Para el presidente de AJE, muchos departamenos e instituciones que dependen de la administración pública "no tienen razón de ser, ya sobra mucha administración y burocracia", y puso como ejemplo los gastos de las televisiones autonómicas o los producidos por las fiestas populares. "Cada día hay más escándalos por el mal uso de dinero público".

Estas modificaciones, a juicio de José Juan Pérez-Tabernero, redundarán en un mejor servicio de la sanidad, una mejor formación y una mayor cobertura del desempleo, "siempre que éste sea para personas queverdaderamente lo necesiten, ya que en la actualidad el Inem es un enemigo, puesto que anima a los jóvenes a que no hagan nada".

Pérez-Tabernero resumió su filosofía sentenciando que en España existe "un exceso de Estado" y afirmó que la administración debe tener un carácter subsidiario e incidir en aquellos aspectos en los que la empresa pública no llegue.