Dana

La periodista que comió con Mazón durante la dana revela que estuvo en El Ventorro hasta pasadas las 18.30 h

- Mazón habló tres veces con su exconsejera de Emergencias en una cita que, según la versión de Maribel Vilaplana, se alargó casi cuatro horas

MADRID
SERVIMEDIA

La periodista Maribel Vilaplana remitió este viernes una carta a los medios de comunicación en la que revela que abandonó El Ventorro a las 18.30 y las 18.45 horas tras comer con el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón. Hasta ahora, la versión oficial del Gobierno valenciano era que Mazón se fue del restaurante "pasadas" las 18.00 horas para seguir en el Palau la evolución de la trágica dana del pasado 29 de octubre, que registró 228 fallecidos, por lo que hay una diferencia de hasta 45 minutos entre los dos testimonios.

Además, Vilaplana desvela en la misiva que, "en un momento determinado de la comida, el presidente empezó a recibir llamadas que interrumpieron" la "conversación de manera continuada". Varias de ellas eran de la entonces consejera de Emergencias y responsable del Cecopi, Salomé Pradas. La primera se produjo a las 16.29 horas, pero Mazón no contestó. Tras hablar con su jefe de gabinete, Mazón le devolvió la llamada una hora después, a las 17.37 horas. Volvieron a hablar a las 18.16 y a las 18.30, cuando Vilaplana aún estaba físicamente en El Ventorro.

"Yo seguí en el restaurante, completamente ajena a esas comunicaciones: no pregunté, no participé, ni conocí en ningún momento su contenido, y el presidente tampoco me trasladó ninguna inquietud al respecto. Actué, como siempre he hecho, desde la discreción y el respeto que me caracterizan", señala la periodista, que asegura que durante este tiempo se ha mantenido "en un segundo plano" para "no avivar el circo mediático y para evitar" que su nombre "pudiera ser utilizado como un instrumento político, como lamentablemente ha sucedido".

La periodista afirma que la cita se produjo a petición del presidente "con el objetivo de explorar posibles vías de colaboración profesional" y arrancó "pasadas" las 15.00 horas. Es decir, que la comida duró casi cuatro horas.

"Las interrupciones, sumadas a la espera y a la despedida, demoraron también mi salida del restaurante, que se produjo finalmente entre las 18:30 y las 18:45. En su momento, en medio de la vorágine con que se desencadenaron los hechos, el desconcierto y la presión vivida, sinceramente no dimensioné la importancia de ese desfase horario inicial que se hizo público. Sin embargo, con la distancia del tiempo y tras hablarlo con las personas más cercanas, he considerado necesario aclarar también ese punto", señala la periodista en su carta.

Vilaplana también revela que, "nada más entender la magnitud de lo que había pasado", se puso en contacto con Mazón "cuando le fue posible" para trasladarse su "angustia" y pedirle, "de forma muy clara", que su nombre no saliera porque era "profundamente injusto quedar vinculada a un capítulo tan doloroso cuando no había tenido absolutamente nada que ver".

La Generalitat ocultó la comida durante nueve días, hasta que el gabinete de Mazón decidió atajar la presión mediática y confirmó el encuentro y la acompañante del presidente valenciano. No obstante, tras negar la cita en un primer momento, relataron luego que el alicantino volvió al Palau "pasadas las 18.00 horas". Vilaplana, en cambio, desvela que se despedieron entre las 18.30 y las 18.45. Entre tanto, Utiel se había inundado, se había reportado la desaparición de una persona, y existía un aviso de que la presa de Forata podía desbordar, lo que generó un debate en el propio Cecopi sobre si mandar el mensaje de Es-Alert a los ciudadanos.

MACHISMO

La periodista revela también que la presión la llevó a un ingreso hospitalario. Vilaplana justifica su pronunciamiento diez meses después de lo ocurrido por "la presión insoportable". "He sido objeto de un acoso constante, de insultos, de burlas y de un escrutinio injusto".

La periodista abre una reflexión y se pregunta si hubiera pasado lo mismo si "en lugar de una mujer hubiera sido un hombre quien se reunió con el presidente? ¿se habrían dicho las mismas cosas, con el mismo tono y el mismo juicio? ¿habría despertado tanto morbo, tanto machismo rancio y tanto prejuicio? Ese enfoque profundamente sexista ha servido como cortina de humo para desviar la atención de lo verdaderamente importante: esclarecer las responsabilidades que se derivaron de aquella jornada".

En ese sentido, Vilaplana insiste en que se pidan responsabilidades a "las personas que aquel día tenían responsabilidades y poder de decisión. Son ellas las que deben dar explicaciones".

(SERVIMEDIA)
05 Sep 2025
PTR/mag