EL PERIODISTA MELCHOR MIRALLES ASEGURA QUE DOMINGUEZ FUE QUIEN LE VENDIO INFORMACION SOBRE EL "TOPO" DE LA POLICIA EN ETA
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El periodista Melchor Miralles manifestó hoy ante el tribunal que juzga el "caso Amedo" que tiene la certeza de que fue Michel Domínguez el encapuchado que le vendió información sobre "El Lobo", único "topo" que la policía logró infiltrar en la banda terrorista ETA.
Según el testimonio del periodista, que compareció como testigo en el juiio contra Amedo y Domínguez, acusados de organizar los GAL, tuvo ese convencimiento gracias a una de las conversaciones mantenidas con Blanca Balsategui, ex novia del inspector de policía.
Esta le relató que durante uno de sus viajes con Domínguez a Madrid, el policía se vistió con ropa vaquera, una zamarra con el cuello rojo y un pasamontañas azulón, para mantener una entrevista "con una persona del otro bando".
El periodista aseguró que tuvo un encuentro con un encapuchado que llevaba la misma ndumentaria, en la misma fecha y en el mismo hotel, al que le entregó 250.000 pesetas por facilitarle la información anteriormente citada.
Poco después contrastó este dato con el director de "Interviú", que había comprado la misma información a una persona con idéntica ropa por un millón de pesetas.
Miralles aseguró que nunca publicó nada sobre el tema porque sólo contaba con la certeza de que se trataba de Michel Domínguez, pero carecía de pruebas suficientes, queriendo al mismo tiempo destacar a extremada comprobación de datos que siempre ha efectuado en sus investigaciones.
El redactor, que actualmente trabaja en el diario "El Mundo" y en aquel entonces en "Diario 16", testificó junto a su compañero Ricardo Arqués -que también investigó sobre la trama de los GAL- como autores de la entrevista en la que Inmaculada González, ex amante de Amedo, acusaba al subcomisario y a Domínguez de haber preparado el atentado contra Juan Carlos García Goena, en 1987. Ambos periodistas descubrieron además n "zulo" de los GAL en Francia.
Arqués contó cómo un informador anónimo, cuya identidad no quiso desvelar acogiéndose al secreto profesional, le advirtió de la existencia del "zulo".
Como el asunto no interesó al periódico en el que trabajaba ("Deia"), se puso en contacto con Miralles en "Diario 16" y con él descubrió el encondite, donde encontraron documentación y munición de la banda terrorista, aunque reconoció que no había ningún documento que implicara directamente a los procesados Amedo y Dmínguez.
MOTIVACIONES DE INMACULADA
Ambos periodistas coincidieron a la hora de declarar que no fue el resentimiento lo que movió Inmaculada Gómez a relatar lo que sabía sobre la implicación de los policías en el atentado que costó la vida al refugiado vasco García Goena, sino "problemas de conciencia", por no haber denunciado sus sopechas antes de su comisión.
Corroboraron que fue la misma Inmaculada quien se puso en contacto con ellos a finales de 1987 y que sólo un año después accedió a que e publicaran sus declaraciones, una vez comprobados todos los datos que ofreció.
Con respecto a la actitud de Blanca Balsategui, resaltaron un mayor distanciamiento respecto a ellos. "Desde el primer momento dijo que ella no estaba interesada en que se publicara todo, que estaba enamorada de Domínguez, y responsabilizó a Amedo de haberle metido en este asunto", especificó Miralles.
El periodista recordó que Blanca le confesó que había mentido en su primera declaración ante el juez Garzón porque tnía miedo y se lo habían indicado los policías el día anterior, cuando les visitó en la cárcel de Guadalajara.
Recordó asimismo cómo la convenció para que rectificara y volviese a declarar ante el juez. Posteriormente, Miralles y otros compañeros del periódico siguieron a Francisco Paesa, con el que Blanca se había entrevistado, hasta los aledaños del Ministerio del Interior.
Los periodistas aseguraron que nunca pagaron a sus confidentes por las informaciones que les aportaron y que estuvieron prsentes en una de las entrevistas de Inmaculada Gómez con Txema Montero -a petición de la propia Inmaculada-, a quien acudió como abogado.
El letrado encargado de la defensa de los policías, Gonzalo Casado, solicitó en dos ocasiones, a instancias del subcomisario José Amedo, un careo con ambos testigos, que fue denegado por el tribunal al no considerarlo oportuno.
A continuación prestó declaración Pedro J. Ramírez, en la actualidad director de "El Mundo" y anteriormente de "Diario 16", que presencó las primeras declaraciones efectuadas por Inmaculada Gómez a los redactores.
Ramírez indicó que recibió presiones para que abandonaran las investigaciones, tanto por parte de los responsables de su empresa como del presidente del Gobierno, Felipe González, y del actual ministro del Interior, José Luis Corcuera.
En la sesión de la mañana testificaron ante el tribunal el presunto reclutador de mercenarios de los GAL Georges Mendaille, que negó cualquier vinculación con la banda terrorista y conocr a los procesados, y dos de los inspectores que realizaron las investigaciones judiciales sobre el caso.
(SERVIMEDIA)
20 Jun 1991
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