Día Internacional

“Las personas con TEA deberían poder disfrutar de espacios de ocio adaptados” con intensidad sonora regulada

- Este miércoles 26 de abril se celebra el Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido

- La OMS advierte de que un sonido superior a los 70 decibelios deteriora la salud auditiva

Madrid
SERVIMEDIA

La sociedad no puede hacer 'oídos sordos' a las necesidades de las personas con autismo. Debe tomar conciencia de su especial vulnerabilidad al ruido. Esta es la demanda de los expertos y a la vez la pretensión de iniciativas como ‘La hora silenciosa’, que intenta promover la inclusión de personas con autismo en el marco del Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido.

El último miércoles del mes de abril siempre se celebra esta jornada de sensibilización para alertar acerca del impacto negativo del ruido en la salud auditiva de la población. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incide en subrayar el daño, en ocasiones irreparable, que supone para la salud auditiva la exposición prolongada a sonidos que superen la barrera de los 70 decibelios.

En la actualidad, las grandes ciudades pueden estar expuestas a ambientes sonoros superiores a dichos límites debido a la contaminación acústica ambiental que procede del tráfico de vehículos motorizados y del sonido de aviones y trenes. Todo ello perjudica considerablemente la audición, generando trastornos del sueño, enfermedades cardiovasculares e incluso algunos estudios señalan una relación entre el ruido y algunas patologías como la obesidad y la diabetes. Dentro de la población hay un sector especialmente sensible al ruido: el colectivo de personas con trastorno del espectro autista (TEA).

‘Conocer para comprender’ es el lema de la Confederación Autismo España “porque solo desde el conocimiento de la especificidad y singularidad del TEA se podrán comprender las necesidades de las personas que lo presentan”, según relata la psicóloga de esta entidad Arancha Arroyo en una entrevista a Servimedia.

“Porque cada persona en el espectro es diferente y tiene sus propias capacidades, necesidades e intereses”. “Necesitamos comunidades más inclusivas que comprendan y apoyen a las personas con autismo para que participen plenamente en la vida comunitaria”. Pero para conocer hay que ver, oír, palpar cual es la problemática de estas personas y cómo viven su relación con el ruido.

HIPERSENSIBLES AL RUIDO

“Las personas con TEA presentan frecuentemente hiperacusia, un síndrome que se caracteriza por una sensibilidad anormal a determinadas frecuencias o gamas de sonidos, sobre todo a los ruidos fuertes, “pero no siempre”, señala la experta. Las personas con hiperacusia pueden percibir los sonidos cotidianos como molestos o incluso dolorosos. “No se trata de una enfermedad o trastorno específico, sino más bien de un síntoma que puede asociarse a una serie de afecciones subyacentes, como una lesión cerebral traumática”, subraya Arroyo.

Pese a que algunas investigaciones sugieren que esta hipersensibilidad por los sonidos “es más frecuente en personas del espectro autista”, Arancha Arroyo apunta que “es importante señalar que se necesitan más estudios para confirmar por qué existe esta asociación. Por ello, no podemos dar una cifra de cuántas personas con TEA presentan hipersensibilidad auditiva”.

No todos los sonidos afectan por igual a las personas con autismo. La psicóloga sugiere que existe “mayor sensibilidad a ciertos sonidos en particular”. Por ejemplo, los sonidos altos y agudos como el ladrido de un perro o el sonido estridente de un juguete y, por supuesto, los sonidos del tráfico.

Señala además que las personas con autismo pueden tener dificultad para filtrar los sonidos irrelevantes y pueden ser más sensibles a los sonidos de fondo, como el ruido ambiental, los sonidos de la televisión o la música, y los sonidos de la multitud.

Las personas con autismo pueden ser más sensibles a los sonidos de cambio repentino como las alarmas, las sirenas, y los sonidos fuertes inesperados. Algo que sucede con frecuencia en ferias, fiestas populares o Navidades con la presencia de luces, música de fondo y el empleo de pirotecnia.

“Esta circunstancia genera un malestar intenso ante determinados sonidos, olores, luces, sabores o texturas específicas que pueden pasar desapercibidos o no incomodar a las demás personas”, apunta. En el caso de los petardos, por ejemplo, pueden resultar especialmente molestos para las personas con TEA hipersensibles al ruido, provocándoles irritabilidad, nerviosismo, miedo o ansiedad. Incluso algunas de ellas sienten la necesidad de huir y buscar un sitio tranquilo y seguro.

CONCIENCIACIÓN SOBRE EL RUIDO

La sociedad se muestra cada más sensible con este colectivo y desde el pasado 2019 los niños con TEA pueden disfrutar de cuatro horas libres de ruido en algunas de las principales ferias españolas como la Feria de Abril que se celebra esta semana o la Feria del Caballo de Jerez. Estos pequeños pasos son muy necesarios, pero no solo para eventos puntuales, como un concierto o un espectáculo de fuegos artificiales, sino también en situaciones de la vida cotidiana que se desarrollan en lugares muy concurridos, como centros comerciales, aeropuertos.

La psicóloga hace referencia en este punto a la ‘Hora Silenciosa’, “una iniciativa promovida por Fundación Solidaridad Carrefour de la mano de la Confederación Autismo España y la Fundación Reina Sofía, que tiene como principal objetivo reducir la sobreestimulación sensorial que afecta a las personas con autismo e hipersensibilidad sensorial”. “Se trata de ofrecer un tramo horario, entre las 15.00 horas y las 16.00 horas, en el que reduce la intensidad lumínica, así como de los sistemas de comunicación visual y auditiva”, describe Arancha Arroyo.

Son 60 minutos en los que se desconecta el hilo musical y no hay mensajes por megafonía, disminuye el sonido de las cajas y se minimiza la realización de tareas consideradas ‘sensibles’ desde el punto de vista sensorial. “Iniciativas como esta contribuyen a sensibilizar a la ciudadanía de la necesidad de construir entre todos una sociedad más justa y solidaria, donde todas las personas puedan participar de los entornos, bienes y servicios en igualdad de condiciones”, apunta la especialista en TEA.

"En un futuro, deberían extenderse para que no se limitaran sólo a determinados espacios y franjas horarias, sino que las personas con autismo y cualquier otra que presente hipersensibilidad auditiva pudiera acudir a estos centros y espacios de ocio en igualdad de condiciones que el resto de la ciudadanía”, incide.

De momento, las personas con TEA y sus familiares cuentan con las herramientas de que disponen, es decir, terapias, auriculares que suprimen el ruido y una buena planificación en las salidas para evitar los tramos horarios mas concurridos, con más ruido. “En relación con las administraciones públicas deberían proporcionar ayudas visuales o mapas para ayudar a las personas con autismo a desenvolverse en entornos ruidosos”, propone Arancha Arroyo. “También es recomendable crear espacios tranquilos o zonas de descanso para que puedan hacer pausas que, así como reducir los niveles de ruido en los espacios públicos”.

Mañana que se conmemora el Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido la especialista en autismo vuelve de nuevo sobre la importancia de “reconocer y adaptarse a las necesidades sensoriales de las personas con TEA en entornos ruidosos”. Se trata por lo tanto de reducir los niveles de ruido para aumentar los espacios de inclusión.

(SERVIMEDIA)
25 Abr 2023
AOA/pai