VIH

Las personas con VIH tienen el doble de riesgo cardiovascular que la población general

MADRID
SERVIMEDIA

Las personas con VIH tienen el doble de posibilidades de desarrollar arteriosclerosis, infarto de miocardio o ictus que la población general, por lo que la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) reclamó este martes medidas terapéuticas y de tratamiento adaptadas a las necesidades especiales de este colectivo.

Con motivo de la celebración el 1 de diciembre del Día Mundial de la lucha contra el SIDA, la SEA recordó que las personas con VIH son pacientes de especial riesgo de enfermedad cardiovascular. La posibilidad de desarrollo de arteriosclerosis y de sufrir infarto de miocardio, ictus, o vasculopatia periférica es del doble con respecto a la población general.

Por ello, desde esta sociedad científica reclamaron un mayor seguimiento y atención a la salud cardiovascular de los pacientes con VIH, especialmente frágiles a causa de su patología.

La SEA insistió en el diagnóstico precoz y el cálculo del riesgo vascular individualizado para estos pacientes. De hecho, si una persona presenta VIH y dislipemia, habría que considerarla de alto riesgo vascular.

En este sentido, la adjunta de Medicina Interna, Enfermedades Infecciosas y Lipidología, y Riesgo Vascular de Althaia, Xarxa Assistencial Universitària de Manresa, y miembro de la SEA, la doctora Meritxell Royuela, aseguró que “es fundamental proponer unos objetivos terapéuticos concretos en relación con la enfermedad cardiovascular en personas afectadas de VIH, y ajustar el tratamiento hipolipemiante para controlar de manera eficaz su elevado riesgo”.

FACTORES DE RIESGO

Los expertos destacaron que la eficacia de la implementación de la terapia antirretroviral ha supuesto un incremento de la supervivencia de las personas que conviven con la infección crónica por VIH, evitando el desarrollo de SIDA, infecciones oportunistas y neoplasias relacionadas con el virus.

Esta mayor supervivencia comporta un envejecimiento paulatino, y un aumento en los eventos y la mortalidad por causas cardiovasculares, así como de las neoplasias no definitorias de SIDA.

El mismo VIH es un factor independiente que acelera la arteriosclerosis y, por ello, se considera que este virus equivale a un factor de riesgo cardiovascular, como lo es la diabetes.

Otros factores de riesgo cardiovascular en estos pacientes son otros copatógenos (como el virus de la hepatitis C), el propio tratamiento antirretroviral y los factores habituales en el conjunto de la población: estilo de vida poco saludable, tabaquismo, hipertensión arterial y diabetes.

A esto añadió la SEA que, además, hay que tener en cuenta una mayor prevalencia en las personas afectadas de VIH de factores modificadores del riesgo, como problemas de salud mental o situaciones sociales problemáticas, que comportan empeoramiento del riesgo cardiovascular por dificultades en el autocuidado.

(SERVIMEDIA)
29 Nov 2022
ABG/gja