Diversas asociaciones de defensa de los animales y un importante número de veterinarios han denunciado la existencia de ese tipo de espectáculos clandestinos en la capital almeriense.

Las organizaciones conervacionistas reiteran que esas iniciativas son ilegales, si bien las fuerzas de seguridad todavía no han podido confirmar las denuncias.

Los demandantes mantienen que los perros que intervienen en las peleas han sido comprados en el "mercado negro" o robados directamente por sus actuales propietarios.

Asimismo, insisten en que las apuestas alcanzan cifras "astronómicas" y aseguran que los animales, "que terminan destrozados", están especialmente adiestrados para participar en los combates, que e ocasiones concluyen con la muerte de alguno de los contendientes, según los mismos denunciantes.