Mujer y cronicidad

La POP reclama planes para mejorar la cronicidad de las mujeres

- Destaca que la mujer retrasa la detección de su enfermedad por cuidar a otras personas

- La población femenina tarda seis años en obtener el diagnóstico de su patología

VÍDEO: los clientes de Servimedia disponen de imágenes y sonido de estas declaraciones en el enlace https://servimedia.tv/TotalesCronicidadMujeres

MADRID
SERVIMEDIA

La Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) reclamó este martes planes de cronicidad con perspectiva de género para mejorar los resultados en salud y los tratamientos de las mujeres que, por su condición de cuidadoras, olvidan atender su propia enfermedad por preocuparse de los demás.

Así lo manifestaron varias expertas durante la celebración de una nueva edición de los Desayunos POP donde se abordó el ‘Enfoque de género en el ámbito de la cronicidad’ y el papel de las mujeres como pacientes en el sistema sanitario, un encuentro que tuvo lugar en la sede de la agencia de noticias Servimedia.

Durante su intervención, la presidenta de la POP, Carina Escobar, remarcó “la importancia de introducir estrategias en cronicidad con perspectiva de género desde el punto de vista de la prevención primaria y la secundaria, así como mejorar el cuidado de nuestras cuidadoras, ya que el 90% de los cuidadores son mujeres y esto tiene un impacto en su salud y su vida”.

Diversos estudios realizados por la POP ya constataron la dificultad para acceder y obtener un diagnóstico, una situación que se ve agravada en las mujeres. Además, destacó Escobar, “la situación de cronicidad, de convivir con una enfermedad crónica durante toda la vida, impacta en todas las esferas de la vida de las personas: la familiar, emocional, laboral y social”.

De hecho, el ‘Estudio mujer, discapacidad y enfermedad crónica’ publicado en 2020 por la POP, recogía que los hombres esperaban 3,2 años en obtener un diagnóstico mientras que este tiempo se alarga hasta los seis años en el caso de las mujeres.

CALIDAD DE VIDA

De esta forma, señaló que “al llegar más tarde al diagnóstico nuestras perspectivas de calidad de vida son menores". "Además, el dolor, la salud mental y emocional e incluso la soledad no deseada hacen que nos cuidemos peor. Por ello, es básica la educación sanitaria adaptada a las mujeres para que seamos más proactivas con nuestra propia salud y, en definitiva, cuidarnos mejor”, indicó.

Ante esta realidad, la vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria Madrid, Norma Doria, aseguró que “en un paciente crónico obtener un diágnostico es crucial". "Se estima que en España hay 19 millones de personas con enfermedad crónica, pero el caso de la mujer es muy particular porque retrasa su diagnóstico por estar al cuidado de otras personas, por lo que la mujer se ocupa menos de ella misma”.

Además, explicó, las pacientes con edades comprendidas entre los 35 y los 69 años retrasan mucho el diagnóstico mientras que las más jóvenes llegan a ser diagnosticadas antes. “Esto conlleva que ante un diagnóstico más tardío, los tratamientos no den los resultados esperados”.

En esta misma línea, la presidenta saliente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), Rosa Urbano, insistió en la escasa información existente sobre las desigualdades de género. Por ello, la experta remarcó “la necesidad de tener estudios que las identifiquen correctamente”.

PREJUICIOS

Además, “se necesita un modelo de formación de competencias para los profesionales que les haga ser conscientes de la existencia de prejuicios en el trato a las pacientes al haber una infraestimación de los problemas de salud de las mujeres que conduce a retrasos diagnósticos y tratamientos eficaces”.

En opinión de la coordinadora del máster en Estudios de Género de la Universidad Complutense de Madrid, Susana Vázquez, en este problema “el enfoque a menudo es puramente biomédico y se toma el patrón masculino como referente. Es fundamental tener en cuenta el enfoque biopsicosocial porque hay que tener en cuenta no sólo la dimensión biológica, sino también la social, económico y cultural”.

De hecho, “los hombres piden menos ayuda y las mujeres retrasan sus consultas por la cuestión de conciliación y llegan con una enfermedad más desarrollada debido a su papel de cuidadora”.

PREVENCIÓN Y CRONICIDAD

Sin embargo, Rosa Urbano también expuso la importancia de “no sólo saber como se tratan las enfermedades crónicas, sino como se pueden prevenir. Para ello, el contexto social es determinante porque sabemos que las mujeres están en situación de vulnerabilidad económica frente a los hombres y con una presión social muy intensa en cuanta a los cuidados. Todos estos condicionantes sociales tienen sus consecuencias en salud”.

Por lo tanto, insistió en la necesidad de que las mujeres “se involucren más en la definición, gestión e implementación de las políticas de salud, lo que permitiría introducir la perspectiva de género”.

ENSAYOS CLÍNICOS

Durante la celebración de los Desayunos POP, las expertas también pusieron sobre la mesa las diferencias históricas entre sexos a la hora de participar en los ensayos clínicos. En este sentido, Norma Doria subrayó que “la participación de la mujer era muy baja, pero las nuevas políticas de Estados Unidos establecieron que no se financiarían los estudios que no tuviesen participación de la mujer”. Por ello, en la actualidad el 50% de las mujeres tienen que estar incluidas en los ensayos clínicos.

A este respecto, Rosa Urbano indicó el papel del sector público “porque puede regular la adecuada representación de las mujeres en los ensayos clínicos y exigir que sus resultados sean desagregados por sexo para saber como han funcionado los medicamentos en hombres y mujeres”.

Ante esta afirmación, la presidenta de la POP subrayó que “las mujeres son menos adherentes que los hombres a la hora de cumplir con su tratamiento”. De hecho, concluyó, “existen muchos datos que confirman que nos cuidamos peor”.

(SERVIMEDIA)
02 Abr 2024
ABG/mjg/pai