En su nota, Aministía Internacional asegura que esos refugiados guatemaltecos, que huyeron de las campañas contrarrevolucionarias del ejército de su país, intentan desde 1989 conseguir un retorno negociado, para lo que fue firmaron el 8 de octubre del pasado año un acuerdo con el Gobierno guatemalteco. En el pacto fijaron las condiciones para el regreso, que será voluntario, y reconocieron el derecho a la libertad de asociación, organización y circulación de esas personas.

No obstante, Aministía Internacional expresa su preocupación porque las recientes operaciones militares realizadas en Guatemala en los meses de noviembre y de diciembre puedan poner en peligro a algunos de los que regresen, ya que se asentarán en zonas próximas a las regiones afectadas por las operaciones militares.

Por too ello, la institución humanitaria insta al Gobierno de Guatemala a garantizar el pleno respeto y la continua protección del derecho a la vida y a la integridad física de todos los refugiados que regresen, tal como quedó estipulado en el acuerdo.