El presidente navarro pronunció estas palabras durante los actos de homenaje a Indurain que hoy se celebraron en Pamplona y Villava y en los que miles de aficionados navarros pudieron compartir con su ídolo su doble triunfo en el Tour y en el Giro 92.

A las doce menos cuarto, con quince minutos de retraso, llegó al aeropuerto de Noain el avión especial fletado por Banesto desde la capital francesa, en el que viajaban el ganador del Tour y sus comañeros de equipo. Unicamente estuvieron ausentes Perico Delgado y Jean François Bernard.

Miguel Indurain fue recibido al pie de la escalerilla por el Consejero de Bienestar Social, Deporte y Juventud, Ricardo de León Egüés y aclamado por un millar de aficionados que se trasladaron hasta el aeropuerto para verle tomar tierra. En este lugar se escucharon los primeros "Indurain, Indurain, Indurain", que serían constantes a lo largo de toda la jornada.

En las instalaciones del aeropuerto, el campeón el Tour y del Giro que se encontraba tranquilo, aunque muy cansado, ofreció una rueda de prensa que comenzó con una significativa frase: "Me está costando, pero poco a poco vamos llegando a casa".

El corredor del Banesto afirmó que los mejores momentos en el Tour han sido la salida de San Sebastián, en la que consiguió su primer maillot amarillo con el triunfo de etapa, la contra-reloj de Luxemburgo por la diferencia que sacó a sus rivales y la llegada a París. "Sin duda, la llegada a los Campos Elíses ha sido el acto más bonito, el saber que lo has conseguido, la felicitación de todos. Eso es lo mejor que le puede pasar a uno", precisó.

Indurain, que espera que su vida no cambie mucho después del triunfo en los dos últimos Tour "porque me gusta tal como vivo", añadió que desea compartir su triunfo con todos los aficionados navarros y posteriormente se preparará para tratar de ganar el Mundial de Ciclismo.

Tras el acto informativo, el ciclista recorrió diversas calles de Pamplona montado en u automóvil descapotable, junto al director del Banesto José Miguel Echávarri y el entrenador Eusebio Unzué. Desde el vehículo saludó a la multitud que se congregaba en las calles.

La comitiva finalizó el recorrido en el Palacio de Navarra, donde fueron recibidos por el presidente del Gobierno, Juan Cruz Alli y el presidente del Parlamento, Javier Otano, que acompañaron a Indurain hasta el Salón del Trono. El corredor villavés estampó su firma en el Libro de Oro de Navarra y salió al balcón para dirigise a los miles de personas, sobre todo niños, congregados en el Paseo de Sarasate.

Con un sencillo "hola" se dirigió a los presentes y les agradeció su presencia, al tiempo que les dedicó su triunfo en Tour de Francia "y el que tengo pendiente con toda la afición, el del Giro de Italia". La dedicatoria fue contestada con aplausos y con el continuo jalear de su apellido.

El presidente Alli felicitó al corredor por su hazaña y expresó su deseo de que Miguel "bata récords campeonísimos, gane el Camponato del Mundo, el Tour que viene, el siguiente y todos los que haga falta".

"En la meta del Tour -dijo- la viuda de uno de los mayores ciclistas, Anquetil, decía: Miguel Indurain será, ya lo es y seguirá siendo un gran ciclista, porque además de tener fuerza y corazón, tiene cabeza".

Indurain entregó al presidente navarro el maillot amarillo del Tour, en el que escribió "Al pabellón de Navarra en la Expo y a toda la afición navarra, en recuerdo del Tour 92" y Juan Cruz Alli le impuso una insigna con el escudo de Navarra. Tras un lunch con las autoridades, amigos y familiares, Miguel se trasladó a su domicilio familiar para comer y descansar un rato antes de comenzar los actos de homenaje en Villava.