Al término de la reunión, Felipe González se limitó a calificar la visita de "positiva", sin querer hacer ningún otro tipo de declaración sobre el contenido de las conversaciones.

El presidente del Ejecutivo tan sólo dijo a los informadores que se había hablado de todo y, respondiendo a algunas preguntas concretas, negó que hubiera en la visita cualquier intención electoral.

Fuentes judiciales señalaron que "durante el encuentro, se han abordado cuestiones e interés general que afectan a la Administración de Justicia, en el marco de las relaciones entre el poder Ejecutivo y el Tribunal Supremo, piedra angular de la organización judicial española".

Por su parte, Pascual Sala hizo gala del mismo laconismo que el presidente del Gobierno al señalar que se trataba sólo de un "almuerzo institucional", en el que los reunidos no debatieron cuestiones puntuales.

"Se ha hablado de temas generales", dijo Sala, quien agregó que "hemos tratado de muchas cosas qe no se refieren concretamente a problemas de la Justicia".

Felipe González, que llegó al Alto Tribunal hacia las dos de la tarde, dedicó media hora a visitar las instalaciones del Supremo y, seguidamente, inició el "almuerzo institucional" que se prolongó hasta casi las siete de la tarde.