En declaraciones al diario "El País", Knörr señaló que los empresarios "tenemos no solamente el derecho sino la obligación de transmitir a la clase política nuestra inquietud".

Añadió que su discurso tiene que insistir necesariamente en que los políticos "sean capaces de dejar a una lado sus posicionamientos partidistas, y de afrontartodos, con un espírirtu democrático, una solución al único problema prioritario de nuestro país".

Por otra parte, Knörr indicó que, aunque durante la tregua con ETA Confesbask recibió a HB, en el momento actual "no tenemos nada que hablar con una coalición que está sobradamente demostrado que tiene una connivencia con los postulados del tiro en la nuca, los coches bomba y las acciones de chantaje y de terrorismo en general".

"Sólo si fuera capaz de condenar rotunda y claramente la acción terorista de ETA estaríamos en disposición de dialogar", destacó Knörr, quien agregó que "es absolutamente necesario no tener una relación política e institucional con quienes han demostrado que no les interesa para nada el diálogo".

Sobre la extorsión a los empresarios vascos, Knörr subrayó en el periódico "Expansión" que continúa sobre todo en Guipúzcoa, si bien "mayoritariamente la postura del industrial es de rechazo absoluto al chantaje".

No obstante,aseveró que las buenas previsones ecoómicas para el año 2000 podrían modificarse negativamente como consecuencia de la oleada terrorista. Según Knörr, su mayor perocupación se centra no tanto en la evolución de las grandes inversiones, sino "sobre todo de sectores sensibles como turismo, hostelería y servicios".