Así lo indicó Puigdemont durante su intervención tras la comparecencia de Sánchez en Estrasburgo para dar cuenta de la Presidencia española del Consejo de la UE, donde, hablando en castellano, le dijo que hoy le habla “en su lengua materna” y lamentó no poder hacerlo en la suya, el catalán.

“Millones de europeos que tenemos el catalán como lengua materna no podemos ejercer derechos fundamentales en nuestra propia lengua porque esa Europa de las personas que usted debía defender durante su presidencia no nos incluye si hablamos en catalán. Nuestra libertad de expresión en esta Cámara vale menos que la suya”, señaló Puigdemont.

El expresidente catalán intervino desde la tribuna, a escasos metros de Sánchez, pero después no se acercó al lugar donde estaba el jefe del Ejecutivo español con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, como sí hizo algún parlamentario.

Este debate tiene lugar después de que esta semana retirara del orden del día la votación para modificar el protocolo que fija los idiomas oficiales en la Unión Europea. De este modo, termina la Presidencia española del Consejo de la UE sin la oficialidad del catalán en Europa, algo a lo que se había comprometido el PSOE en su acuerdo con Junts.

El expresidente catalán comenzó su intervención recordando que en el vídeo que Sánchez presentó para inaugurar la Presidencia española del Consejo de la UE anunció “ambición” y reivindicó “la Europa de las personas, que atienda a sus necesidades y a sus demandas”.

“Otras presidencias anteriores se han expresado de forma similar y seguro que lo volveremos a escuchar en el futuro”, apuntó Puigdemont, quien aseguró que el “problema” de Europa “nunca han sido las promesas”, sino su “incumplimiento”, porque “del incumplimiento nace la desconfianza”.

Una “desconfianza”, avisó el eurodiputado de Junts, que “puede poner en riesgo incluso un proyecto tan sólido como la Unión Europea”. “La Europa de las personas no es nada si no les escucha, si no les pone en el centro de las decisiones”, concluyó Puigdemont.

La desconfianza mutua entre Junts y PSOE es lo que los dos partidos han esgrimido para justificar la presencia de una mediación en sus contactos políticos.