La petición se produce pocos días después de que el Instituto Nacional de Consumo del Ministerio de Sanidad anunciara la retirada del mercado de cinco mordedores de PVC.

Según Greenpeace, esta decisión constituye el primer paso para eliminar "este veneno medioambiental", aunque considera que es insuficiente, por entender que si no se adoptan otras medidas complementarias no se garantiza la protección de la salud de los más pequeños.

Pablo Mascareña, responsable de la campaña de Producción Limpia de Greenpeace, señaló que "no existe ningún nivel seguro de exposición a ftalatos", sustancia plastificante que se utiliza en la fabricación de PVC, cuya ingestión resulta tóxica a partir de unos ciertos niveles.

La organización ecologista sostiene que los ministerio de Medio Ambiente o Consumo de otros países europeos, como Dinamarca y Austria, están preparando normativas que restringen la fabricación de juguetes que contengan este tipo de plástico.

Para Mascareñas, el Ministerio de Sanidad y Consumo español "debe seguir el ejemplo de sus colegas europeos y empezar a trabajar de forma inmediata en una normativa a nivel nacional para la prohibición de los juguetes de PVC".