El debate transcurrió con la tensión previsible de una cita de estas características y según lo acordado por la Junta de Portavoces, es decir, intervenciones del presidente del Gobierno sin límite de tiempo, 30 minutos de exposición para los portavoces, y 10 de réplica.

Después de la exposición inicial de Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno empleó más de una hora en replicarle, lo que suscitó airadas protestas de las bancadas populares.

Al subir de nuevo a la tribuna, Rajoy sugirió la posibilidad de que ampliaran su tiempo, pero Marín recordó las normas acordadas en la Junta de Portavoces.

Ante las protestas reiteradas por parte del PP, Marín recordó que Rajoy formó parte de un Gobierno que en su momento se benefició de no tener limitado el tiempo de intervención en los debates. "Ahora está en la oposición, lamento decírselo", añadió.

Marín dijo, además, que las condiciones de la oposición para afrontar estos debates son ahora "infinitamente mejores de las que había antes", cuando gobernaba el PP.

Dicho eso, Marín rogó al presidente del PP que concluyera su réplica, ya que había duplicado el tiempo disponible. "Me gustaría conocer cuándo al líder de la oposición, en un debate de estas características, se le expulsa de la tribuna", respondió Rajoy, que acto seguido regresó a su escaño.