Después de que el nuevo ministro de Educación haya manifestado su intención de mejorar el actual sistema de enseñanza, Rajoy se aproximó a los planes de Ángel Gabilondo al apostar por una reforma desde el "sentido común".

Durante una visita a la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios, Rajoy admitió que una reforma educativa no produciría un efecto "en media hora", pero sí ayudaría a "fijar un camino que genere confianza" en la sociedad.

Rajoy adujo que, con esta y otras reformas estructurales, se obtendrían resultados a largo plazo que impulsarían el desarrollo de la economía y mejorarían la competividad de España en el contexto internacional.

El líder de los populares recordó que, en 30 años de democracia, se han aprobado cuatro leyes de educación pero sólo se han aplicado tres (todas ellas socialistas) porque José Luis Rodríguez Zapatero "liquidó en 48 horas" la Ley de Calidad de la Enseñanza que sacó adelante el PP en 2002.

Rajoy adujo que la reforma de la educación debería apostar por valores como el trabajo y el esfuerzo porque no es de recibo que un estudiante pueda pasar de curso con cuatro asignaturas suspensas. En su opinión, "es importante que tengas un problema en tu casa cuando no la hincas".