La sede central, permutada el 11 de marzo de 1991 por un valor de 1.600 millones de pesetas, había sido valorado ese mismo día por la Caja de Ahorros de Madrid en 5.870 millones.

El diputado popular presentó a las 10,30 de esta mañana en los juzgados de Plaza de Castilla la denuncia contra Cruz Roja, de la que podrían desprenderse varios supuestos delitos por malversación de fondos, propiación y estafa, "por un valor no inferior a los 900 millones".

Ramallo declaró hoy en el Congreso que "ésta es la única salida", después de agotar el tiempo previsto legalmente para conseguir la comparecencia de Carmen Mestre ante la comisióm correspondiente, "después de más de cien iniciativas parlamentarias sobre el tema".

En su opinión, "alguien no dice la verdad y espero que sea el juez quien lo aclare", al tiempo que emplazó a Mestre para un debate público. "Que no tenga miedo y se dejede lamigreos", insistió, "ya que, cuando era directora general de la Energía, echó a los trabajadores de Valdecaballeros y no lloró, sino dijo tacos".

Por su parte, Carmen Mestre, presidenta de Cruz Roja, declaró el pasado mes de febrero que el precio de la permuta era el más apropiado y que "si la operación se hubiera hecho más tarde hubiera sido peor".

AYUDA A LOS KURDOS

Ramallo incluyó en la denuncia presentada hoy un apartado referente a las ayudas solicitadas por Cruz Roja para ayudar al peblo Kurdo durante el pasado año. Para ese fín, la institución abrió una cuenta corriente en el banco Bilbao-Vizcaya.

El diputado popular afirmó en el documento que la ministra de Asuntos Sociales, Matilde Fernández, reconoció en su comparecencia ante la comisión correspondiente el pasado 3 de febrero que de los 252 millones recaudados en la cuenta del BBV, sólo 152 fueron a parar a su destino original.

En la denuncia, Ramallo enunció, aunque no desarrolló, el supuesto fraude de la venta en Angol de una parte importante de las 3.559 toneladas recogidas en la misma campaña.

Según datos aportados por Cruz roja, únicamente 1.434 toneladas de ropa fueron enviadas al Kurdistán iraquí, iraní y turco y el resto fue enviado a Bolivia, Honduras, India y Angola, "porque los kurdos no necesitaban más".

Para Ramallo, "resulta extraño pensar que un Gobierno pueda enviar tal cantidad de ropa a Angola con el calor que hace allí. Más bien tenían que haberles mandado taparrabos".

Matilde Fernández dclaró en su comparecencia que la ropa destinada al país africano fue enviada a una empresa intermediaria para ser reciclada en pasta de papel.