“Nuestro propósito es seguir dignificando las condiciones de vida y ciudadanía de las personas sordas, partiendo de la identificación, redefinición, modernización y consolidación de la estructura asociativa”, manifestó el presidente de la CNSE, Roberto Suárez.

Así, según explicó la CNSE, el primer eje de actuación, ‘Reconstrucción sorda’, presenta varios objetivos. Por un lado, reforzar el posicionamiento de la organización como líder del cambio dentro de su propio movimiento asociativo, y por otro, la necesidad de implementar un discurso ideológico común que transmita el sentido de pertenencia de la comunidad sorda hacia la entidad que les representa.

En esta línea, la CNSE dice apostar por el fomento de espacios de diálogo de forma virtual y presencial “que fortalezcan el intercambio de información y buenas prácticas con la red asociativa y faciliten que las personas sordas puedan sentirse escuchadas e identificadas”.

Además, la organización destacó “la necesidad de promover nuevas estrategias de captación y de motivación que impliquen un reconocimiento y potenciación del voluntariado", otorgando un papel clave a la digitalización.

INFANCIA, FAMILIAS Y EDUCACIÓN

Otro eje de las resoluciones del VIII Congreso de la CNSE es el dedicado a ‘Infancia, familias y educación’. Según explicó la organización, con el objetivo de “abarcar la diversidad de realidades con las que conviven las familias hoy en día, la CNSE está trabajando en un Plan Estratégico de Familias que sirva de modelo homogéneo de calidad de vida y de servicios, atención, orientación y guía para las distintas comunidades autónomas”.

Para la entidad y su red asociativa es vital potenciar las asociaciones de familias formadas o compuestas por personas sordas, así como las secciones juveniles en las federaciones, asociaciones territoriales y locales. “Queremos colocar a la juventud e infancia sorda en el centro de nuestro cambio y que se sientan partícipes de un movimiento asociativo fuerte y renovado” concluyó Suárez.