Varios desconocidos entraron aquella noche en la iglesia, tras hacer un agujero en la pared, y se apoderaron de numerosos objetos de valor artístico y religioso.

En el botín figuraban varios cuadros del siglo XVI, dos escenas moriscas realizadas en mármol y alabastro del siglo XV, un cristo de márfil del siglo XVII y un cuadro de Valeriano Becquer, hermano del poeta Gustavo Adolfo Becquer.

El responsablede la abadía denunció ante la Guardia Civil que las obras robadas tenían un valor estimado en 103 millones de pesetas. Entre las piezas sustraídas figuraba también un retrato de Francisco de Saavedra, atribuido en principio a Francisco de Goya y valorado en unos 100 millones de pesetas.

Según se comentó entonces, los ladrones tuvieron que huir precipitadamente y dejaron abandonadas otras obras de mayor valor que ya habían sacado de las vitrinas, como las cartas que Pizarro escribió desde las Indias alemperador Carlos I.

La semana pasada, la policía recuperó en Madrid una arqueta de madera forrada en terciopelo y adornos metálicos del siglo XVII y los dos relieves moriscos.

El Grupo del Patrimonio Artístico de la Policía encontró además un relieve en madera policromada que representa a San Pedro, atribuido a Cristóbal Andino, que data de finales del XVII o principios del XVIII, en deficiente estado de conservación.

De los objetos robados en 1985, falta por recuperar un cuadro del siglo XVI, otra arqueta de madera, un crucifijo y una corona.

CUADRO DE GOYA

Por otro lado, la pasada semana un desconocido hizo entrega en el Museo del Prado del retrato de Francisco de Saavedra, ministro de Hacienda de Carlos IV, que formaba parte del botín del robo perpetrado en Sacromonte.

Según la investigación judicial, el individuo se presentó en la pinacoteca con el lienzo bajo el brazo, dijo que tenía interés en aportar el cuadro a la colección artística del museo y desapareció sin dar a conocr su identidad.

Los técnicos del museo comprobaron que se trataba de un retrato de 1797 que, pese a ser atribuido a Francisco de Goya, pertenece a su escuela. El original es propiedad de un instituto privado londinense.

Los expertos, que valoraron el cuadro en varias decenas de millones de pesetas, estudian la posibilidad de devolverlo a la abadía.