Darling ha pedido a la opinión pública su apoyo para estos proyectos, y ha subrayado que, de otro modo, el país podría "quedarse sin luz".

Según el nuevo titular de Industria, la renovación de las centrales nucleares británicas, muchas de las cuales están llegando al final de su ciclo de vida, permitiría hacer frente a la demanda energética del Reino Unido y al mismo tiempo cumplir el objetivo de reducir las emisiones de CO2.

Aunque reconoce que la renovación de estas instalaciones es cara y que esta forma de energía conlleva sus riesgos, el progreso en el diseño de los generadores nucleares los ha hecho mucho más seguros y, en su opinión, los "riesgos del cambio climático son aún mayores".

El ministro sostiene que no propone que un 80% de la electricidad británica se produzca en centrales nucleares, como ocurre en Francia, pero se opone a que el desarrollo de las energías renovables impida su progreso, ya que Gran Bretaña precisa diversos medios para producir energía y superar su dependencia de las importaciones de gas.

El mes que viene, Darling presentará a Tony Blair sus recomendaciones finales sobre el "Plan para la revisión energética", una reforma cuya aprobación determinarála estrategia en esta materia que adoptará el Reino Unido hasta el año 2050.