Según el comunicado, "los contratos realizados con la Guardia Civil se desarrollaron por su parte -de Ericsson- dentro de la más estricta legalidad y sin que se incurriera en ningún tipode irregularidad, tal y como podría desprenderse de la información aparecida (ayer) en 'Diario 16' y del contexto del 'caso Roldán'".

La nota de Ericsson desmiente que el viaje realizado por Roldán y sus acompañantes a Suecia para visitar instalaciones de la compañía en aquel país fuera pagado por la multinacional fabricante de equipos de comunicaciones, y puntualiza que la visita se proyectó para conocer el funcionamiento de sistemas aéreos de vigilancia que la Guardia Civil planeaba suministrar a lo guardacostas y que luego no se materializó, limitando el contrato al equipamiento de lanchas patrulleras.

También señala que Ericsson actuó como proyectista, integradora e instaladora de un sistema completo, "que estaba formado por equipos procedentes de distintas empresas", y que el cobro de un anticipo -en este caso del 30% del total- para "contratos relativos a proyectos de ingeniería que requieren el acopio inicial de componentes, gastos de desarrollo, prototipos, etc, constituye una forma absoluamente normal de actuación".

Respecto a los mandos a los que se hace referencia en la noticia, Ericsson reconoce que el coronel de Ingenieros en la reserva, Manuel Merino Rosado, trabajó en Ericsson desde 1985 hasta 1994, y que su sobrino, Antonio Merino Díaz, ex subdirector general, ingresó en la Guardia Civil en 1993, "cuando los contratos de Ericsson con la Guardia Civil estaban a punto de terminar", ya que se firmaron en septiembre y octubre de 1991.