Así lo aseguró Sánchez en su discurso con motivo de su participación en el marco del Foro de Lideres Mundiales en la Universidad de Columbia, en Nueva York, en el que llamó a "construir puentes y no barreras", en clara alusión a la política del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y a las deportaciones que viene realizando.

Sin embargo, también llamó a "no confundir apertura con ingenuidad" y defendió "luchar contra la inmigración ilegal y las mafias que se benefician de ello creando rutas ilegales". Así, animó a "defender los derechos humanos más básicos" y explicó que, a lo largo de los últimos siete años, "España ha recibido a más de dos millones de inmigrantes y la tasa de desempleo se ha reducido en más de un 40%".

El jefe del Ejecutivo aseguró que "los inmigrantes se han integrado bien en nuestro país y han contribuido en torno a un 20% del crecimiento del PIB per cápita en España en los últimos tres años".

Sánchez introdujo así la bonanza de la economía española asegurando que la inmigración es uno de los principales factores que contribuye al país, pero también ofreció datos afirmando que desde 2018, año que ocupó la Presidencia, "la renta media por hogar ha crecido casi un 10% y al mismo tiempo la capitalización de las mayores empresas ha crecido en un 58%". "Y lo estamos haciendo con una economía abierta y con un sector exterior cada vez más competitivo", indicó.

Asimismo, incidió, de cara a los posibles inversores, que "España ha demostrado que la descarbonización y la competitividad son dos cosas que pueden ir de la mano". "Somos la economía desarrollada que está creciendo más rápido y lo estamos haciendo a la vez que reducimos nuestras emisiones. Casi el 50% de nuestra electricidad ya viene de fuentes de energía renovable", aseguró.