La sesión de control al Gobierno en el Congreso fue especialmente bronca y la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol, tuvo que intervenir en un par de ocasiones, llegando incluso a apelar a Feijóo “a que ponga orden en su grupo” parlamentario tras los gritos de “dimisión” porque “esto no es posible en democracia”. Como respuesta, la bancada del PSOE exhibió un cierre de filas con su secretario general, al que aplaudió de pie.

Feijóo arrancó el careo a Sánchez advirtiéndole de que está “profundamente atrapado en una trama de corrupción” con sus dos “colaboradores más estrechos”, y le advirtió que, “por mucho que se maquille”, él no es “la víctima” porque “le advirtieron hace meses que Cerdán era un corrupto” y es “el líder de una manada corrupta”. “Ahórrese los numeritos de cordero degollado, porque usted, continuando con el símil, es el lobo que ha liderado una manada corrupta todos estos años”, aseveró. “La única carta que esperan los españoles es la carta de división. ¿Piensa redactarla?”.

Sánchez subió el diapasón y, tras remarcar que no convocará elecciones, advirtió a Feijóo de que “el único adelanto que va a haber es la más que lógica sentencia de muchos casos de corrupción a la vuelta de verano que afectan al Partido Popular”. El presidente del Gobierno centró su defensa en cargar contra los casos judicializados del PP y se limitó a afirmar que el caso de Cerdán “ha sido doloroso”, pero que su partido ha actuado con contundencia, a diferencia de los populares.

El presidente del Gobierno tuvo un lapsus y llegó a afirmar que en el PSOE “la tolerancia contra la corrupción es absoluta”, pero se recuperó en apenas unos segundos y acusó a Feijóo de expulsar de su partido a “aquellos que denuncian la corrupción”, en alusión a su predecesor, Pablo Casado, cuando denunció el que el hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cobró comisiones millonarias durante la pandemia, aunque la Justicia no ha visto ninguna irregularidad al respecto.

“Hemos actuado y le digo una cosa, por mucho que ustedes se empeñen, por mucho fango que metan, desde luego esto no va a opacar el extraordinario momento económico y laboral, social y de convivencia que atraviesa nuestro país”, culminó Sánchez ante una bancada del PP que empezó a elevar los decibelios.

MOCIÓN DE CENSURA

Feijóo introdujo entonces en cara a cara la moción de censura, la misma que Sánchez le retó a presentar unos días. El líder del PP reconoció que no le “faltan ganas”, pero sí “cuatro votos”, e interpeló a los socios de Sánchez porque, “si aparecen”, no dudará “ni un instante”. “Y quién sabe si aparecerán… ¿Sabe por qué? Porque Ábalos fue el principio, pero Cerdán no será el final”, dijo. “Ahora sus socios tienen que elegir si quieren seguir en la trama de corrupción”, apostilló tras señalar directamente a PNV, Junts, ERC y BNG.

Sánchez se mofó de que Feijóo, igual “que no es presidente del gobierno, no porque no pueda, sino porque no quiere”, no vaya a presentar una moción de censura “porque otros no quieren”, y continuó con su estrategia de cargar contra los casos de corrupción del PP, llegando a incluir a los presidentes de Andalucía, Juanma Moreno; Comunidad Valenciana, Carlos Mazón; Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; y Galicia, Alfonso Rueda.

“El Partido Popular es una enciclopedia de corrupción con capítulos autonómicos. Si quieren usted dar lecciones, señores del Partido Popular, tiene mucho por delante”, concluyó el presidente del Gobierno, que desató los gritos de “dimisión” de la bancada popular en una de las sesiones de control con mayor bronca de los últimos años.