El destino de las ayudas es un Plan de Competitividad que permita al sector afrontar los efectos provocados por la situación general de descenso de la actividad económica y favorezca su posicionamiento estratégico para afrontar el periodo de recuperación de la crisis, poniendo especial atención en el impacto en la creación del empleo.

El Plan financiará programas de actuación empresarial completos, para lo que las empresas beneficiarias deberán plantear "planes globales y coherentes de mejora de la competitividad" en diferentes áreas funcionales.

En concreto, el Consejo de Ministros distinguió un área de generación de productos o servicios de mayor valor añadido que mejoren su sostenibilidad y/o su seguridad; el impulso a la producción de vehículos sostenibles (híbridos y eléctricos); y la implantación de sistemas avanzados de organización, especialmente los dirigidos a establecer colaboraciones estables a lo largo de la cadena de valor de un producto o servicio.

Además, la formación deberá estar dirigida específicamente a mejorar la capacitación del personal técnico. Las empresas también deberán atender a la mejora de la logística de suministro y distribución, con implantación de sistemas de gestión logística avanzada; y al incremento de la sostenibilidad, flexibilidad y/o eficiencia de procesos productivos.

Además, deberán anticipar la producción a nuevos entornos normativos, en especial los que mejoren las condiciones relativas a emisiones y eficiencia energética.

El Plan tendrá vigencia de un año. La convocatoria correspondiente se resolverá en el primer trimestre de 2009.

A medio y largo plazo, las actuaciones se englobarán en el Plan Integral de la Automoción, dirigido por los Ministerios de Industria, Turismo y Comercio; de Trabajo e Inmigración; de Economía y Hacienda; de Ciencia e Innovación y de Fomento, y que, además, cuenta con la colaboración de todas las comunidades autónomas involucradas.