Vila también ha sido condenado a pagar a los padres de la víctima una indemnización de 42 millones de pesetas. Sin embargo, esta cantidad tendrá que abonarla el R.C.D. Español, como responsable civil subsidiario, al tener la obligación de garantizar la seguridad de los espectadores que acuden a su estadio.

Según la resolución, en el caso de que Franco Vila, autor del lanzamiento de la bengala, no pudiera pagar la indemnización, deberá hacerlo la entidad deportiva.

La jueza indica en la sentencia ue si los responsables del club hubieran impedido la entrada de la bengala, el acusado no la habría podido lanzar y se habría evitado el suceso. Los servicios de seguridad del estadio del Español no detectaron que Franco Vila llevaba, escondidas en su chaqueta, diversas bengalas de las utilizadas por las embarcaciones.

La resolución argumenta que las entidades deportivas están obligadas a impedir la entrada de bengalas u otro tipo de cohetes que puedan suponer peligrosidad en los estadios.

Los hehos ocurrieron el 25 de marzo de 1992, cuando el acusado disparó al aire un cohete lanzabengalas y éste fue a parar al otro extremo del campo, atravesando el pecho del niño.

Guillermo Alfonso Lázaro falleció a causa del impacto de la bengala poco antes de ser ingresado en el Hospital Clínico de Barcelona. El niño estaba presenciando un encuentro de fútbol junto a su padre y su hermano menor.

Franco Vila declaró durante el juicio, celebrado a finales del pasado mes, que desconocía el peligro del chete que lanzó. La fiscal había pedido para el acusado un año de prisión y una indemnización de 15 millones, mientras que la acusación particular solicitó 81 millones.