En rueda de prensa, Obrador explicó que la creación de esta "low cost" constituye "una amenaza directa a nuestros puestos de trabajo" y calificó la operación como de "creación emboscada de una nueva filial camuflada con pactos privados con otros accionistas".

Según el representante sindical, se trata de una estrategia usada anteriormente por la aerolínea en casos como los de Viva o Aerolíneas Argentinas, que solo persigue "vaciar Iberia y ser utilizada como ariete de negociación contra los pilotos".

Obrador denunció que la nueva compañía contará con 30 aviones en 2008 y que, en esa fecha, según su plan director, Iberia habrá reducido su flota de corto y medio radio en 23 aeronaves y no habrá aumentado la de largo radio.

En ese momento, será cuando, según las previsiones del representante sindical, Iberia impulsará un Expediente de Regulación de Empleo que podría afectar a centenares de pilotos.

Obrador mostró su convencimiento de que la nueva "low cost" es realmente una filial de Iberia, tanto desde el punto de vista mercantil, como fiscal o aeronáutico. De hecho, aseguró que la nueva compañía contará con los derechos de despegue y aterrizaje que Iberia abandone en Barcelona y que los cinco aviones con los que comenzará sus operaciones serán cedidos también por la propia Iberia.

Asimismo, recordó que la compañía presidida por Fernando Conte ha aportado 24 de los 60 millones del capital inicial de la nueva aerolínea, el 40% cuando teóricamente la nueva compañía está repartida de forma equitativa entre los cinco socios.

Aseguró también que, cuando transcurridos tres años sea rentable, Iberia contará con el 80% de la nueva aerolínea y que Manuel López Colmenarejo, director comercial de Iberia, será quien ocupará presuntamente este mismo cargo en la nueva "low cost".

Por todo ello, Obrador manifestó que "los pilotos no quieren que Iberia deje de operar vuelos en Barcelona ni en ningún otro aeropuerto", y que con ese objetivo presentaron el pasado 31 de marzo (antes de que se conociera la creación de esta nueva low cost participada por Iberia) una propuesta a la compañía que permitía cubrir los vuelos deficitarios desde la ciudad condal con un coste en pilotos un 7% inferior al de EasyJet que fue ignorado por Iberia.