Solchaga consideró que no cabe ninguna imputación contra él por su actuación en el 'caso Ibercorp' y estimó que sólo se le pueden reclamar responsabilidades políticas, que, según dijo, no se pueden eludir en estos momentos, porque se imponen las "circunstancias".

"En política hay que aceptar las cosas como vienen. No hay que pensar si una cosa es justa o no", afirmó el portavoz socialista. Solchaga aseguróque ha decidido quitarse del medio ahora tras ponderar si su continuidad en un puesto de relevancia como el que ocupa iba a causar más perjuicio o beneficio al PSOE.

"Tras poner mi cargo a disposición del PSOE, no he tenido ninguna respuesta de mi partido. Después de hablar con el presidente del Gobierno, tampoco me ha dado una respuesta. He creído que en estos momentos, con una situación de crispación, podría restar margen de maniobra al partido y al Gobierno si continuaba en el cargo", dijo.

Rearcó que ni la defensa que hizo de Mariano Rubio en 1992 cuando estalló el escándalo Ibercorp ni la prisión incondicional decretada contra el ex gobernador han sido las causantes de su renuncia al cargo.

Asimismo, garantizó que las luchas intestinas en el seno del PSOE tampoco han sido la causa de su salida del Congreso y dijo que también se habría marchado "aunque hubiera tenido todo el respaldo de mi partido".

Aseveró que todo el mundo puede estar "absolutamente seguro" de que tras su dimisión ampoco puede verse una posible relación con la lista de clientes de Manuel de la Concha en Ibercorp.

Acto seguido, hizo una encendida defensa de su honradez y limpieza ética: "Una de las cosas que me ha mantenido en todo momento sereno y tranquilo en tiempos difíciles ha sido que en el desempeño de mi actividad me he comportado con total integridad. No me he aprovechado nunca de mi puesto, y a pesar de que uno pueda ser objeto de rumores y maledicencias, estoy seguro de que no hay nada de lo que yo o i familia tengamos que avergonzarnos".

PASION POR LA POLITICA

El ex ministro dijo que ha decidido abandonar tanto la presidencia del Grupo Parlamentario como el acta de diputado porque no tiene ningún apego a los cargos. Añadió que aunque se pueda pensar que el escaño en el Congreso no tiene que ver con su etapa en Economía, renuncia también a seguir como parlamentario porque no quiere dar piea nadie a que le acusen de "aferrarse" a un cargo político. "Estéticamente, eso no me agrada", señaló.

Reafirmó su conocida pasión por la actividad política y dijo que aunque quisiera olvidarse de ella "no podría". Anunció que seguirá trabajando a una escala mucho menor para lo que su partido le mande y que tendrá que simultanear esta tarea con otra profesión, que ya adelantó en tono irónico que no será la presidencia de ningún gran banco.

En su última comparecencia informativa como portavoz parlamentario, hizo una encendida apuesta por la continuidad del socialismo liberal cuando se le preguntó si esa tendencia dentro del PSOE iba a sufrir una merma al no tener ya a su principal abanderado en puestos de relevancia.

"El socialismo de una sociedad moderna como España será socialismo liberal o no será nada, esté Carlos Solchaga o no, porque la evolución del socialismo de los viejos modelos decimonónicos hasta ahora se acerca a una aceptación de los valores socialdemocrátas de mercado", agregó.

Desde el comienzo de su multitudinaria rueda de prensa, el dirigente socialista se mostró tranquilo y onriente ante cada pregunta que se le formulaba. Incluso tuvo ocasión de citar un diálogo de una antigua película de Mae West en el que se alude a la justicia de los comportamientos humanos.

A la pregunta de si creía que iba a dejar huella en la historia política del país, contestó: "Son tiempos difíciles y nadie tiene la tranquilidad de espíritu suficiente para ver las cosas desde una perspectiva histórica".