SOLCHAGA INSISTE EN QUE EL PLAN DE CONVERGENCIA NO ENTRAÑARA MAS SACRIFICIOS PARA LOS ESPAÑOLES

MADRID
SERVIMEDIA

El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, insistió hoy en que el cumplimiento de los objetivos fijados en el Plan de Convergencia no supondrá un sacrificio adicional para los españoles en los próximos años.

Solchaga, que inauguró hoy en Madrid el XIX Seminario Interamericano e Ibérico de Presupuesto, aseguró que cumplir los objetivos de convergencia nominal con Europa no supondrá una renuncia al desarrollo, a la creación de empleo, al aumento de los salarios y de bienestar real de la sociedad.

Según el responsable de Economía, es necesario conseguir la convergencia real con Europa, pero "en un marco de disciplina económica capaz de garantizar un crecimiento sostenido, estable y competitivo, que permita a la sociedad española acercarse progresivamente a los niveles de bienestar y riqueza de los países europeos más avanzados".

Para ello, reiteró su decisión de llevar adelante reformas estructurales, así como medidas de política macroeconómica que garantice la estabilidad del crecimiento económico.

Destacó el papel que deberá jugar en el futuro las políticas presupuestaria y fiscal en el logro de la estabilidad económica, en detrimento de las políticas monetaria y cambiaria, que, según Solchaga, disponen de un reducido margen de actuación.

Solchaga señaló que las demandas de competividad que se exigen a los sectores económicos españoles para converger con Europa deben extenderse también a las administraciones públicas. A este respecto, destacó la ncesidad de modernizar la Administración, introduciendo nuevos criterios de organización y gestión.

INTEGRACION EN LA CE

Según el ministro, desde 1986 la economía española ha crecido a unas tasas superiores al 4 por ciento anual, mientras la tasa de creación de empleo en España ha más que duplicado a la registrada en los países comunitarios.

A su juicio, el intenso proceso de convergencia real de la economía española con la de los países de la CE desarrollado desde la adhesión de España a la CE e ha traducido en que el PIB per cápita español haya pasado del 72 por ciento de la media comunitaria antes de 1986, al 80 por ciento a finales de 1991.

También se refirió al diferencial de inflación con la CE, que en 1986 era de 5,5 puntos y que ha pasado a 0,8 puntos en 1991, y a la evolución del déficit público, situado actualmente en magnitudes similares a las del resto de países comunitarios.

En opinión de Solchaga, estas mejoras reflejan la "firme voluntad de la economía española de particiar en el proceso integrador europeo".

Insistió en lo importante que son para la economía española los acuerdos alcanzados en la "cumbre" de Maastricht, que, a su juicio, significan "un respaldo al espíritu de disciplina que ha presidido y seguirá presidiendo la orientación de la política económica española en los próximos años".

(SERVIMEDIA)
01 Jun 1992
NLV