Los presupuestos, cuyas lineas maestras fueron esbozadas por el ministro en la rueda de prensa celebrada tras su aprobación por el Consejo de Ministros, prevén un PIB de 59.883.000 millones de pesetas, con un incremento nominal del 9 por cien sobre el 91.

El déficit del Estado ascenderá a 977.000 millones de pesetas, como consecuencia de unos gastos de 13.619.275 millones y unos ingresos de 12.642.300 millones. Este déficit equivaldrá al 1,6 por ciento del PIB, un 0,6 por cien menos que este ño.

El gasto público crecerá un 11,9 por ciento, 2,9 puntos más que el PIB nominal, mientras que los ingresos lo harán un 11,2 por cien, si se tiene en cuenta que la recaudación de este año será inferior en 270.000 millones de pesetas a lo presupuestado.

Solchaga justificó el crecimiento del gasto público por encima del incremento de la producción, argumentando que es inevitable para mantener los gastos sociales y aconsejable para que el presupuesto contribuya a la recuperación de la actividad ecnómica.

Recalcó, no obstante, que el aumento del gasto se concentrará en Educación y, sobre todo, en el gasto social que canaliza el Ministerio de Trabajo, especialmente en prestaciones de desempleo y pensiones no contributivas.

Por el contrario, las inversiones en infraestructuras contarán prácticamente con el mismo presupuesto de este año. "El presupuesto es austero donde puede serlo", se justificó Solchaga, "ya que es preciso mantener los compromisos sociales adquiridos por el PSOE en el progrma electoral de 1989".

En materia de empleo, el ministro aseguró que el año que viene, gracias a la recuperación apuntada ya en el segundo semestre de este año, podrán crearse más de 200.000 empleos, para totalizar más de medio millón entre 1992 y 1993.

Reconoció, sin embargo, que en 1991 la creación de empleo se situará en torno a los 80.000 puestos de trabajo, y que la formación bruta de capital fijo aumentará sólo un 3 por ciento, el aumento más bajo desde 1985.

No obstante, a su juicio, ay signos, como el aumento de la demanda de crédito y de bienes de consumo duradero, para esperar una recuperación, "aunque no eufórica", durante 1992. El ministro hizo votos para que se vea apoyada por un incremento de los salarios algo por debajo de la productividad.

Respecto al incremento retributivo de los pensionistas, Solchaga precisó que, aunque la subida inicialmente consignada en los Presupuestos es del 5 por cien, la definitiva será equivalente a la inflación que se registre entre noviembre e 1990 y noviembre de 1991, tal como acordó el Gobierno con los sindicatos.

En el caso de los funcionarios, esa misma subida se sitúa muy por debajo de las reivindicaciones de los sindicatos, que han insistido en reclamar un incremento dos puntos por encima de la inflación prevista, lo que le situaría en el 7 por cien.

CONTRIBUCION A LA CE

El ministro se refirió también a la tendencia negativa del saldo de transferencias entre España y la CE, que este año se situará en unos 100.000 millones de esetas, frente a los más de 170.000 millones de 1989.

A este respecto, admitió que, de mantenerse la misma tendencia, España podría ser contribuyente neto de la Comunidad en 1993 ó 1994 y aseguró que, para evitarlo el Gobierno exigirá un reforzamiento de la cohesión social y económica.

El principio que defenderá el Ejecutivo español es que, por razones de solidaridad, ningún país con renta "per capita" inferior a la media de la CE debe ser contribuyente neto y que cada uno debe hacer una aportacin proporcional a su capacidad económica.

Finalmente, Solchaga negó que la peseta vaya a entrar "en un plazo inmediato" en la banda estrecha del Sistema Monetario Europeo, por lo consideró carentes de fundamento los rumores en ese sentido que circulan en los mercados de divisas. "Esta no es la situación más apropiada para meter la peseta en la banda estrecha", aseguró.