Así lo señaló este miércoles la Plataforma de Infancia en su 'nuevo posicionamiento sobre comedores escolares', tras subrayar que la tasa de pobreza infantil afecta al 28,9 % de los niños y niñas que viven en el país.

Según Ricardo Ibarra, director de la Plataforma de Infancia, “el comedor escolar es una pieza clave para reducir los efectos de la pobreza infantil, ya que es una de las herramientas más efectivas para asegurar una alimentación adecuada a la infancia en situación de pobreza”.

Agregó que en 2023, el 33,9% de la infancia en España --más de 2,7 millones de niños, niñas y adolescentes-- estaba en riesgo de pobreza y o exclusión social.

Además, prosiguió, un 6,9% de la infancia española vive en hogares que no pueden permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días.

“La subida de precio de algunos productos de primera necesidad puede hacer que aumente el consumo de alimentos ultraprocesados, que perjudican la salud de la infancia”, comentó Ibarra. Este dato, unido a que solo el 29% de los niños en España consumen frutas a diario y a que solo 1 de cada 10 consumen verdura, hace de los comedores escolares un espacio indispensable para reducir los problemas de salud asociados a una alimentación no equilibrada.

CARENCIAS

Sin embargo, en España existe "una falta de oferta de comedores en los centros escolares, especialmente en los institutos de educación Secundaria". De hecho, "solo 1 de cada 10 de estos centros cuentan con comedor", lamentó la plataforma.

El 7,47 % de las familias declara que no pueden hacer uso del comedor escolar porque en su centro no existe. Además, prosiguió, el comedor escolar cuesta de media unos 96 euros en un centro público y 134 euros en un centro concertado. Muchas familias en situación de pobreza no pueden asumir este coste, agregó Ibarra.

Tampoco "todos los comedores escolares son de proximidad ni ofrecen menús nutricionalmente adecuados", y denunció que en muchas comunidades autónomas se da prioridad al servicio de catering y línea fría en comedores. Es más, solo en el 33% de comedores se cocina directamente en el centro escolar, mientras que el 55% de los menús son elaborados por empresas externas que transportan la comida.

Por ello, Ibarra defendió "aprobar un real decreto que establezca unos mínimos para garantizar una alimentación de calidad a toda la infancia, fomentando una alimentación saludable y sostenible en los centros educativos”.