En concreto, ha ofrecido un taller de literatura accesible dirigido a niños con problemas de comunicación y lenguaje y a sus familias, con una duración mucho mayor que los demás talleres del programa y con un aforo más reducido. “Hemos procurado que los niños entiendan y disfruten la lectura”, explicó a Servimedia Kiselova.

La autora, especialista en literatura infantil adaptada, leyó ‘Cuántos pájaros caben en un perro salchicha’, un cuento escrito por ella misma, “acompañado de pictogramas y redactado en una sintaxis sencilla para facilitar la comprensión”.

Durante la lectura, los pictogramas fueron proyectados en una pantalla y hubo también muñecos y juguetes alusivos a la historia. En su opinión, “los pictogramas y los muñecos facilitan la comprensión de conceptos más abstractos a los niños con dificultades del lenguaje”. “Son muy útiles para acercarles al mundo de la literatura ”, que es "de lo que se trata al final”.

LA LECTURA, FUNDAMENTAL

Madre de una niña con autismo y con experiencia en la enseñanza a estudiantes de Logopedia en la Universidad de Málaga, Valeria lo tiene claro: “Resulta clave que estos niños con necesidades especiales se acerquen a los libros”. “Esto les va a ayudar a desarrollar sus capacidades comunicativas y, además, les proporciona un aprendizaje sobre cómo es el mundo y cómo son las relaciones sociales”.

Por eso, Valeria recomienda a las familias “mucha paciencia” y no “dejarse desanimar” por el “desinterés” que los niños muestran al principio. “Es muy normal que un niño con estas dificultades no permanezca quieto y que no atienda a la historia”, admite.

Aconseja “utilizar muñecos” para despertar el interés de los pequeños, que después de jugar con ellos “pueden empezar a asociarlos con los personajes”. También recomienda emplear libros en lectura fácil, con sintaxis sencilla y donde se eviten los términos abstractos, y si no es posible, “adaptarlos en casa”.

“En Internet hay aplicaciones para generar pictogramas”, prosiguió, y “los padres pueden sustituir unas palabras por otras”. Por supuesto, “es necesario detener la lectura muchas veces y repetir y repetir”. “La atención de los niños se centra primero en el protagonista, luego en otros personajes principales y, poco a poco, en el conjunto de la historia”.

Además, la escritora propone realizar actividades lúdicas relativas al libro, como dibujo, manualidades, etc. De hecho, en el taller ha habido varias actividades y juegos relacionados con las lecturas. “Es otra vía más para que los niños se familiaricen con los libros”, apunta.

INCLUSIÓN

Valeria imparte talleres de este tipo en una biblioteca de Benalmádena (Málaga), donde reside, y comprueba cómo los pequeños mejoran poco a poco.

En su opinión, “es muy importante que los niños con autismo o discapacidad intelectual conozcan cómo funciona una biblioteca y vean en ella un espacio familiar”.

Por ello, hace un llamamiento a los promotores culturales, como organizadores de festivales y responsables de bibliotecas, para que “incluyan talleres donde estos niños y jóvenes puedan también participar”. Esto implica diseñar espacios y actividades “adaptadas (sin ruidos, mucho más tranquilos y con un número menor de asistentes)”, como hace el festival de Tres Cantos.

“Puede ser algo complicado de organizar pero la lectura compartida es una experiencia muy positiva para ellos", por lo que anima a otros espacios a "tomar nota". "Vale mucho la pena", remachó a Servimedia.