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LA TOLERANCIA OCUPA EL PRIMER LUGAR EN LA JERARQUIA DE VALORES DE LOS JOVENES

MADRID
SERVIMEDIA

La tolerancia y el respeto hacia los demás ocupan el primer lugar en la jerarquía de valores de los jóvenes, según el estudio "Sentido, valores y creencias de los jóvenes" publicado por el Injuve, organismo dependiente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Valores como la honradez, la responsabilidad y la lealtad figuran por delante de otros como la perseverancia, la disposición a trabajar duro y la competitividad personal.

Por su parte, aquellos que tienen que ver con la fe religiosa o la obediencia pierden fuerza entre este colectivo, aunque la mayoría se declara creyente -6 de cada 10- no creen que haya una religión en posesión de la verdad absoluta.

Otro aspecto que destaca del informe es la escasa confianza que muestra la población entre 15 a 29 años en las instituciones. Un 64% demuestra un interés bajo o nulo por las instituciones políticas y religiosas.

Por el contrario, 7 de cada 10 jóvenes se manifiesta favorable a depositar bastante confianza en las ONG. El 40% de los y las jóvenes afirma que le gustaría trabajar como voluntario, aunque sólo lo hace un 3%.

Prácticamente la totalidad de los jóvenes, un 99%, manifestaron sentirse preocupados por la atención a las necesidades humanas y los problemas sociales y manifiestan especial simpatía por aquellos movimientos u organizaciones sociales dirigidos a la defensa de los derechos humanos, de los animales y del medio ambiente.

PERSONALIDAD

La necesidad de primar las relaciones humanas y personales sobre las meramente tecnológicas y el relativismo cultural son dos de los rasgos principales de la personalidad de la población entre 15 y 29 años.

Igualmente, un 73% de los jóvenes dedica especial importancia al presente, aunque éste parece vivirse de una manera hostil y competitiva -"en esta sociedad no hay otro remedio que ser competitivo"-, afirman mayoritariamente.

No obstante, un alto porcentaje de jóvenes -7 de cada 10- se sienten satisfechos con su vida. Independientemente de la salud, la satisfacción de las necesidades afectivas y de comunicación son muy valoradas.

La angustia de nuestros jóvenes no deriva, por tanto, de la falta de recursos ni de apoyo afectivo de sus familias, sino de tener que construir su mundo de sentido y su personalidad sin modelos claros en la permanente duda del camino incierto.

El estudio concluye que el sentido moral de nuestras sociedades se está trasladando de las instituciones clásicas de socialización (iglesia, familia y escuela) al propio sujeto, como agente motriz de la actual trasformación social.

(SERVIMEDIA)
13 Ago 2005
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