La UGT catalana tomó esta decisión tras lanzar duras críticas contra la gestión de la actual dirección en funciones, encabezad por Cándido Méndez, al considerar que ha actuado con irresponsabilidad, vulnerando el derecho a la discrepancia, y con un claro perjuicio para todo el sindicato.

El Comité, que se reunió para convocar el congreso donde se elegira a la delegación de UGT en Cataluña en el próximo Congreso Confederal, consideró que la decisión de separar a los tres disidentes de la Ejecutiva traslada al conjunto de la organización el problema, que a su juicio debería haberse resuelto internamente.

UGT Cataluña consderó que el "legítimo derecho a la discrepancia ha sido vulnerado" y rechazó que se confunda "unidad con uniformidad y autoridad con autoritarismo". También dijo que se están incumpliendo las resoluciones del 36º Congreso Confederal, adoptadas hace 10 meses, por las que se pretendía profundizar en la democracia interna.

A juicio de la unión territorial, dirigida por José Alvarez, crítico con la candidatura de Méndez, "nuestra organización ha perdido en estos 10 meses la iniciativa sindical que había otentado desde la transición democrática y se ha confundido la unidad de acción con el sometimiento sindical".