Las principales modificaciones incorporadas por los grupos parlamentarios al proyecto inicial del IRPF son la exención de la obligación de tributar para los pensionistas que ingresen menos de 1,2 millones al año y la elevación de 5 a 10 millones para el mínimo exento en los planes de ahorro popular.

Además, existe un princiio de acuerdo para rebajar el tipo máximo hasta el 50 por ciento en 1993 y situarlo en torno al 54 por ciento para 1992, año en que entrará en vigor el nuevo impuesto.

Los sindicatos consideran que la reforma del impuesto favorece a las rentas del capital en mucha mayor medida que a las rentas del trabajo, pese a que son éstas las que han cargado con el mayor peso de la recaudación.

El secretario de Acción Sindical de UGT, Apolinar Rodríguez, manifestó a Servimedia que la exención de tributaciónuna parte de los pensionistas "no constituye un avance sustancial, porque de hecho ya existía y lo que único que se hace es formalizarlo".

A su juicio, el nuevo tratamiento que la reforma fiscal establecerá para las rentas altas y los ingresos por rendimientos del capital hará que la recaudación disminuya en "centenares de miles de millones de pesetas".

Agregó que, por el contrario, las peticiones de los sindicatos para que se aumenten las exenciones y las deducciones para las rentas del trabajo"sólo supondrían millares o, a lo sumo, decenas de miles de millones de pesetas".

Para Rodríguez, la nueva ley del IRPF requiere una negociación con los sindicatos para obtener "una legitimidad que ahora mismo no tiene" entre los trabajadores.

REEQUILIBRIO

Por su parte, el secretario de Acción Institucional de CCOO, José María Fidalgo, declaró a esta agencia que el nuevo IRPF altera la actual distribución entre rentas del trabajo y del capital en beneficio de las segundas.

Fidalgo aseguró ue, a pesar de que Izquierda Unida esté participando en el "pacto fiscal", a CCOO las modificaciones introducidas hasta ahora en el proyecto le parecen "absolutamente insuficientes en dirección hacia una reforma fiscal progresista".

"Nos parece muy bien que se fomente el ahorro popular y otras cosas pero el fondo de la cuestión es reequilibrar el peso del impuesto que recae sobre las rentas del trabajo y del capital", subrayó.

Los sindicatos también mantienen la petición de que se establezca una otal transparencia bancaria y la retención en origen a todas las rentas de capital y activos financieros.