Igualdad
Una científica tunecina investiga sobre cáncer colorrectal hereditario en el CNIO gracias a una beca de Mujeres por África

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La científica tunecina Marwa Mahdouani estudiará el cáncer colorrectal hereditario en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), gracias al programa 'Ellas Investigan' de la Fundación Mujeres por África.
Esta iniciativa persigue favorecer la investigación de científicas africanas en biomedicina, seguridad alimentaria, cambio climático y otras áreas clave para los grandes retos globales.
Marwa Mahdouani nació en la ciudad de Kairuán (Túnez) en 1995 y quiso ser cirujana, pero acabó en un laboratorio con un doctorado sobre cáncer colorrectal hereditario.
“En mi familia había varios casos de esa enfermedad (también de diabetes) y quise saber más sobre el cáncer hereditario”, explicó en la Unidad de Cáncer Familiar del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), dirigido por María Currás.
En opinión de la directora, Mahdouani se ha adaptado muy bien, aunque considera que las estancias deberían ser de mayor duración.
Con sus estudios en el CNIO, Mahdouani complementará su trabajo postdoctoral en el Hospital Universitario Farhat Hached (Susa, Túnez), dirigido a identificar nuevas variantes de genes implicados en el síndrome de Lynch, una de las causas del cáncer colorrectal.
Se trata de variantes de significado incierto (VUS, por sus siglas en inglés), llamadas así porque aún no se ha establecido si causan o no una enfermedad.
Saber que una variante de un gen puede predisponer al cáncer resulta esencial, porque “tiene implicaciones directas para el paciente y sus familiares", explicó Currás.
Según Mahdouani, “así se pueden aplicar protocolos de prevención a una persona portadora; hacer seguimiento para una detección temprana y también proporcionar consejo genético para que sus familiares se realicen pruebas que detecten si han heredado esa variante”.
FORMARSE FUERA
Para averiguar si una variante de significado incierto puede causar cáncer es necesario realizar estudios funcionales (experimentos con técnicas de edición genética, combinados con el análisis de la expresión y la funcionalidad de la proteína que expresa), así como utilizar herramientas bioinformáticas y criterios de clasificación específicos.
“En Túnez resulta muy difícil llevar a cabo estos estudios porque no tenemos la infraestructura tecnológica y el presupuesto suele ser muy limitado”, apuntó Mahdouani. “Por eso solemos buscar estancias en el extranjero”. Ella ya las ha realizado en Alemania, Turquía y Barcelona.
En noviembre, la investigadora regresará a Túnez, donde asegura que siempre se ha sentido apoyada en su faceta de científica por su familia, sus amigos y su futuro esposo. “Nunca he percibido discriminación como mujer en la ciencia”, aseguró. A su juicio, “nos resulta más fácil que a los hombres acceder a becas o encontrar trabajo, porque se nos está apoyando y eso me alegra mucho”.
En su entorno, su gemela estudió la misma carrera que ella; otra de sus hermanas es matemática, y muchas de sus amigas también son científicas. El objetivo a largo plazo de Mahdouani es convertirse en profesora de universidad en su país porque “me encanta transmitir a otros el conocimiento que he adquirido” y también dar conferencias.
(SERVIMEDIA)
30 Ago 2025
AGQ/mjg