Educación

Una joven ingeniera chilena anima a niñas vulnerables a hacer carreras tecnológicas

-Presenta en España, dentro del Programa de Liderazgo Iberoamericano de la Fundación Pablo VI, las soluciones que ha diseñado para personas con discapacidad

MADRID
SERVIMEDIA

Daniela Sáez Mahuida es una joven ingeniera chilena que anima a las niñas y jóvenes vulnerables a cursar carreras tecnológicas. Terminó Ingeniería electrónica en la Universidad Tecnológica de Chile (Inacap) hace menos de dos años, y fue una de las dos mujeres que había en una clase con 60 alumnos.

“Necesitamos más mujeres que entren en la ciencia y la tecnología, porque todos y todas tenemos que ser parte en esta revolución, independientemente del ámbito. Estudie lo que se estudie, la tecnología se puede adecuar a todas las profesiones. No tenga miedo de saber un poquito más de tecnología”, dijo a Servimedia aprovechando su estancia en España dentro de la IV edición del Programa de Liderazgo Iberoamericano organizado por la Fundación Pablo VI.

Un total de 15 jóvenes líderes emergentes de América Latina participan hasta dentro de unos días en este programa de formación teórica y práctica, que incluye el encuentro con directivos empresariales y personalidades políticas, culturales, sociales, del ámbito de la comunicación, el desarrollo, el pensamiento o la ciencia.

A su paso por España, Daniela ha expuesto en distintos foros cómo el regalo de un ordenador cuando estudiaba en un colegio público cambió su vida. Y ella, poco después, decidió también mejorar la de los demás cuando una profesora y el regalo de un robot de Lego que hizo la asociación de padres del centro. “Hice un robot para personas ciegas, pero no tenía ni idea de qué necesitaban. Entonces descubrí que era importante que tuviesen las manos libres y poder esquivar el mobiliario urbano que no se puede detectar con el bastón porque está sobre el nivel de la cadera, como los teléfonos públicos. Hice sensores y una aplicación de colores, que por ejemplo les ayudaba a vestirse, e incorporé sonido. Cuando lo probaron, las personas ciegas se pusieron a llorar, porque nadie pensaba en ellos”.

Daniela empatiza con las personas con discapacidad porque muchas veces quedan excluidas de las novedades tecnológicas: “Nosotros tenemos los mejores móviles y aplicaciones, pero con las personas con discapacidad no van los avances tan rápido. Para mí fue un cambio ver que las tecnologías sirven para los demás”.

“En Chile, las personas con discapacidad están apartadas de la universidad, quedan en la educación informal. Y son muy capaces. Les falta la oportunidad”, lamentó esta joven que también ha diseñado brazos robóticos para personas a las que les falta parte de un brazo.

ORIGEN HUMILDE

Por eso, esta joven activista chilena apuesta por la educación como forma de cambiar el mundo. “Mis padres nos decían a mi hermano y a mí que la única herencia que nos podían dejar era la educación. Ambos nos esforzamos por tener nuestras carreras, en agradecimiento al esfuerzo que hicieron para que pudiésemos estudiar”, apuntó la joven, cuyo hermano es ingeniero de prevención de riesgos.

Sus padres llegaron a Santiago de Chileen busca de un futuro mejor. El progenitor, analfabeto, encontró trabajo en la construcción y su madre, sin estudios, llegó a la capital siendo adolescente para limpiar casas.

Pero Daniela, a fuerza de tenacidad y talento ha llegado a representar a su país en certámenes tecnológicos en Estados Unidos y Colombia, ha sido recientemente elegida una de las 25 científicas hispanoamericanas por la marca 3M, imparte conferencias y clases a organizaciones del ámbito público, privado, ONG y sociedad civil, sobre la necesidad de fomentar las vocaciones tecnológicas e, incluso, ha dado una charla a la expresidenta chilena Michelle Bachelet, actualmente Alta Comisionada de las ONU para los Derechos Humanos.

“Cuando era más joven sufrí varias situaciones de discriminación por ser mujer. Cuando hice el robot para ciegos pensaron que lo había hecho o mi profesor o mi padre. En la universidad también algunos profesores me preguntaban por qué había sacado la mejor nota en matemáticas o electricidad si las mujeres no deberían ser buenas en eso”, lamentó.

Por ello, también insistió en su conversación con Servimedia en trasladar su aliento para fomentar las vocaciones femeninas en la tecnología. “Cuando me escuchan niñas de contextos vulnerables quieren estudiar ‘Steam’ (ciencias y tecnologías, por sus siglas en inglés) porque vieron que no era difícil y que todos y todas podemos hacer tecnología, algo que puede impactar a otros y cambiar el mundo”, añadió.

En su futuro próximo, la joven ingeniera quiere fomentar más su faceta de activista con un “laboratorio” gratuito para jóvenes sobre creación digital, en el que se hable de robótica y 3D y que esté conectado con distintas universidades y que, con ello, esas niñas y adolescentes “sueñen un poquito mejor y provocar en ellas la chispa social” a través de la innovación tecnológica.

(SERVIMEDIA)
27 Mar 2022
AHP/man