Lo dijo en la sesión de control al Gobierno en el Congreso en respuesta al diputado del PP Javier de Andrés, quien le interpeló por su opinión acerca de la ejecución del Guggenheim de Urdaibai, para la que el Gobierno ya ha destinado 40 millones de euros.

Cabe recordar que el Gobierno vasco y la Diputación de Vizcaya, impulsora de la idea, han decidido darse dos años para decidir si el proyecto de Guggenheim en el Urdaibai, sito en la comarca vizcaína de Busturialdea y patrimonio de la bioesfera, es viable, un tiempo que ambas instituciones afirman que coincide con el proceso de cambio en la dirección de la Fundación Guggenheim en Nueva York.

Todo ello se produce con una iniciativa que es rechaza por la sociedad local, que quiere participar en la tramitación de los cambios urbanísticos en la zona.

La Diputación opta por explicar a la ciudadanía que no se trata de llevar un Guggenheim Bilbao a Urdaibai, sino de incorporar el proyecto en un plan de regeneración de la comarca y de mejora de la reserva de la bioesfera.

No obstante, la decisión definitiva corresponde tomarla al Patronato del Guggenheim, compuesto por el Gobierno vasco, la Diputación y Solomon R. Guggenheim.

En su pregunta, Javier de Andrés obvió todo este contexto y centró su exposición en el denominado 'caso Koldo', ironizando con la "hipocresía" y la "falta de ética" de Urtasun contra la corrupción.

Este giro en la pregunta molestó al ministro, que presumió de su capacidad de cooperación, diálogo y respeto con las comunidades autónomas, incluidas las gobernadas por el PP.

Esto le sirvió para continuar a los populares a que en el Congreso le hablen de cuestiones vinculadas con la cultura, en la línea de sus correligionarios en los territorios.

Centrándose en el objeto de la pregunta, Urtasun afirmó que la ampliación del Guggenheim en Urdaibai compete a las autoridades y a la sociedad vasca. En ese sentido, observó que el Gobierno vasco y la Diputación de Vizcaya se han dado un tiempo sobre este particular por dos razones: los informes medioambientales y urbanísticos y el rechazo de la sociedad.

Por último, dejó claro que, desde su punto de vista, el proyecto presenta "muchos problemas" medioambientales y urbanísticos, si bien se comprometió a respetar la decisión que tomen las autoridades vascas.