La guía está dirigida a los agricultores de la región y se puede consultar tanto en las oficinas comarcales de la conselleria de Agricultura, como en la página web del Departamento agrario.

La guía incide en cómo optimizar el agua disponible cuando, como consecuencia de la sequía, no se puede contar con la cantidad necesaria para el adecuado riego de los cultivos y se hace necesario reducir su consumo, limitando la cantidad aplicada o distribuyéndola con mayor eficiencia, y evitando pérdidas innecesarias.

Para conseguirlo, se aconseja realizar ciertas prácticas como cubrir el consumo que por transpiración realiza el cultivo, eliminar malas hierbas para evitar que éstas también consuman agua o limitar las pérdidas por evaporación desde el suelo. Todas estas prácticas pueden suponer una mejora en la eficiencia del uso del agua y, por tanto, una mayor disponibilidad del recurso.

Del mismo modo, la guía recoge medidas como calcular con exactitud los recursos hídricos necesarios, mejorar la programación del riego, tener correctamente nivelada la parcela, mantener una buena organización de los turnos de riego, regar únicamente la zona con mayor concentración de raíces y localizar el riego.

Por último, se aconseja reducir la frecuencia de aplicación de los riegos, regar de manera intermitente, realizar el riego a primera hora de la mañana, al atardecer o por la noche; mantener las parcelas en condiciones óptimas para garantizar la llegada de un mayor volumen de agua, limpiar periódicamente los filtros, tuberías y laterales para evitar obstrucciones, revisar goteros, y reparar rápidamente fugas, accidentes y roturas.