Este pamplonés atribuyó al azar que la misiva diera durante este tiempo la vuelta al mundo y regresara a las mismas manos de las que partió, tras haber sido objeto de envíos, lecturas, ventas y compras.

En noviembre de 1993, Javier Bermejo Iraizoz decidió remitir una postal a Barcelona para participar en el concurso de Televisión Española "Cifras y Letras". Se dcidió por una postal con la fotografía de la Plaza del Castillo de la capital navarra.

Mientras el remitente no obtenía respuesta de la productora de televisión, la postal aparecía en un rastro barcelonés después de que, seguramente, los responsables del programa de TVE la vendieran al por mayor a algún comerciante.

En el rastro de Els Encants, un hombre compró esta postal junto con otras con la idea de enviarlas a su hijo, cooperante de una ONG en El Salvador. Adquirió la de la Plaza del Castill al ver que su primer propietario se apellidaba Iraizoz, al igual que la novia de su hijo, quien también reside en este país centroamericano.

Cuando la citada postal llegó a El Salvador, causó gran sorpresa entre los dos últimos destinatarios, ya que Javier Bermejo Iraizoz, el pamplonés que quería participar en "Cifras y Letras", es primo carnal de la joven cooperante.

Esta mujer terminó de redondear el periplo de la postal mandándola a su primo a Pamplona, junto con una carta explicativa de las ndanzas de la misma. La postal de la Plaza del Castillo regresó hace unos días a manos de su primer propietario en la capital navarra.