Lo hizo en su intervención en el mitin de cierre de campaña de Comuns Sumar para las elecciones catalanas del domingo, en la Plaza Catalunya de Cornellà de Llobregat, la tercera en estas dos semanas. Díaz fue la primera en tomar la palabra después del presentador y, al dejarla, se disculpó públicamente por tener que marcharse por "un problema de conciliación".

La vicepresidenta aseguró que "molesta" que Sumar esté en el Gobierno y algunas de sus políticas laborales y, en esa enumeración, remató que también molesta que ella dijera "hace muchos días y con claridad que, con opas amigas o con opas hostiles, el Sabadell es un banco de implantación territorial en Cataluña y que esta opa arrasa literalmente con el modelo productivo catalán, con los trabajadores y las trabajadoras de Cataluña, que ya nos han reconocido que los van a despedir; no es ninguna broma".

En el plano estrictamente electoral, aseguró que "cambiar el próximo domingo la vida en Cataluña va a depender, como pasó el 23 de julio, de votar a los Comuns y a Sumar", para tener un Gobierno progresista que "mejore los servicios públicos y no los privatice".

En este sentido, preguntó al candidato del PSC, Salvador Illa, si "quiere pactar con Junts", que según ella son "los que aniquilaron los servicios públicos en Cataluña" e incorporaron las peores enmiendas a la reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy. También trató de disuadir a quienes dan por hecha la repetición electoral al no poderse configurar una mayoría viable tras los comicios del domingo.

EL GOBIERNO ESPAÑOL

Díaz presumió de la subida del salario mínimo y de la reducción de la temporalidad, de haber abierto el debate de la reducción de la jornada laboral y de la eliminación del Premio Nacional de Tauromaquia por su compañero el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, logros que atribuyó directamente a Sumar y cuya buena acogida usó para pedir el voto a la candidata de los Comunes a la Presidencia de la Generalitat, Jessica Albiach.

La vicepresidenta del Gobierno se apropió del término con que el presidente, Pedro Sánchez, quiso sancionar la vuelta de sus cinco días de reflexión, puesto que aseguró que "el punto y aparte se llama Sumar", y así enmarcó la proposición de ley para reformar la Ley de Seguridad Ciudadana o 'ley mordaza' que el grupo parlamentario registró hoy en el Congreso de los Diputados.

En la misma línea, dijo que no se conformaba con presentar un informe sobre las 'golden visa', como aseguró que se limitó a hacer el Gobierno, y que Sumar va a presentar otra iniciativa para impedir de verdad esa posibilidad de obtener permiso de residencia mediante la compra de una vivienda de un millón de euros. Al mismo tiempo, volvió a urgir a bajar el precio de la vivienda y regular los alquileres turísticos y de temporada, un tema muy sensible en Cataluña y del que los Comunes han hecho siempre su bandera.

Respecto a Palestina, volvió a reclamar su reconocimiento como Estado por parte de España, el día en que se vota en la Asamblea General de las Naciones Unidas, y a exigir a Israel que cumpla la legalidad internacional. Por último, animó a votar "con alegría", porque en las jornadas electorales valen igual el voto de un rico y de un trabajador (una arenga tradicional de Podemos), y a hacerlo a Albiach, quien tiene claro que no va a pactar con Junts.

"Un acuerdo con Junts va a laminar los derechos de las mujeres catalanas", llegó a alertar, antes de defender genéricamente una España plural y diversa y avisando de que "esa propuesta política que consiste en enfrentar a una parte de los españoles a otras es fallida".