Lo hizo en el primer mitin propiamente de la campaña electoral que se inauguró anoche, en la Sala Multiusos de Zaragoza, que arrancó con una hora de retraso porque la propia Díaz y su equipo sufrieron demoras en sus trenes por las inundaciones acaecidas ayer en la ciudad.

La líder de Sumar lamentó también que el PSOE no haya prorrogado la limitación de la subida de los alquileres, y prometió ser implacable en la aplicación de la ley si tiene oportunidad de gobernar. De hecho, el programa electoral de Sumar recoge: “Habilitaremos al Estado Central o a las Administraciones Locales a instar a la comunidad autónoma que no lo haya hecho a declarar zona de mercado tensionado en los ámbitos geográficos que cumplan los requisitos”.

Díaz comenzó disculpándose por su retraso de una hora por los desperfectos causados por las inundaciones. Ello le sirvió para alertar sobre el cambio climático y pedir que se vote el 23 de julio “para ganar el planeta y la vida”. Como otras veces, recordó la fragilidad de España ante el calentamiento global y la oportunidad de que sea una potencia verde, y se conjuró para recortar los beneficios de las energéticas. También reiteró sus propuestas de climatizar las escuelas y no permitir ciertos trabajos en olas de calor.

La líder de Sumar hizo bandera de que ayer habló en gallego en su mitin en A Coruña, y llamó a votar “para tener un país de países” y para que en todas las comunidades se puedan estudiar las distintas lenguas. Luego hizo su habitual defensa de su labor como ministra de Trabajo y de que aun así “no es suficiente porque la gente lo pasa mal”. De ahí su propósito de “actuar de manera inmediata” en la cesta de la compra, las hipotecas y los salarios, a costa de los beneficios de grandes bancos y empresas.

En esa línea, abogó por la “reinvención del Estado del bienestar” por medio de una “enorme reforma fiscal”, antes de insistir en sus propuestas sobre el tiempo y la reducción de la jornada laboral. “¡Vamos a ser contundentes, vamos a modificar la legislación para que se acaben las horas extra sin retribuir!”, exclamó in crescendo ante los vítores del público.

La vicepresidenta se declaró “preocupada” porque ha “oído que el Partido Socialista está dispuesto a abrir la puerta al debate de alargar la edad de jubilación a los 70 años”, algo a lo que ella se negó en redondo.

Finalmente, habló del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, de quien dijo que, aunque “suele estar callado porque cuando habla sube el pan”, “hoy ha hablado por primera vez de Sumar” y eso es “porque hay remontada” y porque “sabe que la garantía de un Gobierno progresista está en la mano de Sumar” y “por eso hoy Feijóo sale atacando a Sumar”.

Así, pidió el voto directamente: “Si los progresistas salen a votar pero se deciden por Sumar, vamos a ganar”. En la misma línea, atribuyó que el presidente de Vox haya dicho que ella es “una mujer peligrosa” a que “les da miedo que vamos a ganar las elecciones".

La primera en intervenir tras la presentadora fue la portavoz de la Ejecutiva de Izquierda Unida, Sira Rego, que afirmó que “la historia no está escrita” y que, si se movilizan en las urnas las causas progresistas, se revalidará el Gobierno de coalición. Y puntualizó que, aparte de que la mayoría numérica depende del resultado de Sumar, señaló que la garantía de que el Gobierno sea realmente de izquierdas depende también de esta formación, como lo fue de Unidas Podemos en la legislatura recién terminada.

Eurodiputada como es, aseguró que la UE también está amenazada por la derecha y extrema derecha, a la que calificó de “racista” por valorar más unas vidas que otras . “No nos olvidemos de quiénes son sus compañeros de viaje”, dijo Rego del PP y Vox, partido este último al que afeó su negacionismo climático y de la violencia de género.

A continuación, antes de Díaz, el cabeza de lista de Sumar por Zaragoza, Jorge Pueyo, de la Chunta Aragonesista, se declaró orgulloso de ver por primera vez a toda la izquierda aragonesa junta. Luego pronunció unas palabras en aragonés en homenaje a su abuelo y su hermana, y atisbó “miedo” a que la derecha pueda revertir los avances de los últimos años.

Aprovechó para impugnar que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, proclame libertad cuando el PP “reprime” a creadores culturales, pero admitió que millones de obreros votan a Vox, y lo atribuyó a que lo pasan mal y son presa de un discurso individualista.

A nivel regional, prometió que no permitirá el trasvase del Ebro ni los macroparques eólicos, y reclamó un servicio de cercanías de calidad y que España no se siga construyendo de forma radial. Defendió su salto al Congreso por la necesidad de tener una voz fuerte en Madrid que defienda los intereses de Aragón, y terminó con cita al fallecido cantautor y diputado de la Chunta José Antonio Labordeta.