Díaz ventiló con esta frase la expectación de los periodistas que le esperaban en los pasillos del Congreso de los Diputados para preguntarle su opinión sobre la sonora división de los dos socios en el Gobierno ante la proposición de ley del PSOE para reformar el apartado penal de la oficialmente llamada Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual.

La vicepresidenta, que no pudo ver el debate de hoy por hallarse, según dijo, pendiente de la reunión de la Mesa del Estatuto del Becario, que podía haberse cerrado hoy, eludió por ello comentar el enfrentamiento dialéctico entre el PSOE y Unidas Podemos y se limitó a expresar su decepción por el hecho de que los dos socios no alcanzaran el acuerdo que ella había pedido las semanas anteriores.

"Lo lamento. Nunca debimos llegar hasta aquí. Eso es todo lo que tengo que decir", manifestó escuetamente Díaz, quien votará en contra de la proposición de ley socialista, como había dejado entrever su equipo todo este tiempo, pues llegó a calificar de "inaceptable" la iniciativa del PSOE que vuelve a ponderar las penas por agresiones sexuales según haya o no violencia o intimidación.

Ella, sin haberse pronunciado de forma concreta para, según su versión, no contribuir al ruido y favorecer la posibilidad de un acuerdo, se remitió en todas sus declaraciones a que es la ministra de Igualdad, Irene Montero, la que pilota la posición de Unidas Podemos. Mañana, en todo caso, no asistirá a la manifestación por el Día de la Mujer, a la que sí acudirán Montero y otras dirigentes de Podemos. Hace años que no lo hace por coincidir con el cumpleaños de su hija Carmela.