Científicos españoles descifran el primer nivel de plegamiento del ADN

MADRID
SERVIMEDIA

Un equipo de investigadores del Instituto de Biología Molecular de Barcelona, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha descifrado cómo el ADN realiza sus primeros pliegues más básicos. Este avance pone nuevas bases al estudio sobre cómo el ADN se empaqueta para poder almacenar toda la información necesaria para la vida dentro del núcleo celular. Los resultados se han publicado en la revista ‘Nature Communications’.

Con este estudio han resuelto la llamada “paradoja del número de enlace del ADN nucleosomal”, que ha sido objeto de debate durante más de treinta años, y han demostrado que la teoría descrita sobre el empaquetamiento del ADN en nuestras células es cierta, según informa el CSIC en una nota.

El nucleosoma es un complejo de ADN y proteínas que constituye el primer grado de empaquetamiento del ADN dentro de la célula. En cada nucleosoma, cerca de 146 pares de bases de ADN envuelven un octámero, formado por dos moléculas de cuatro tipos de proteínas básicas. "La repartición de esta estructura a lo largo de miles o millones de pares de bases de ADN genera una fibra semejante a un collar de cuentas", explica el CSIC.

Este plegamiento permite reducir más de cuatro veces la longitud de las moléculas de ADN y, a su vez, hacerlas mucho más flexibles, lo que es fundamental para que puedan empaquetarse en cromosomas y distribuirse de una manera ordenada dentro del núcleo celular.

El nuevo valor obtenido en el laboratorio de Topología del ADN de la Unidad de Biología Estructural resuelve la paradoja del número de enlace sobre el empaquetamiento del ADN. Al mismo tiempo, descifra el primer nivel de plegamiento del ADN, que es la molécula que contiene toda la información genética.

“Hemos aplicado una nueva estrategia para calcular con gran precisión el número de entrecruzamientos de la doble hélice en los nucleosomas en condiciones fisiológicas, y hemos examinado la topología de más de 1.000 nucleosomas dentro de la célula, lo que nos ha permitido descubrir un valor distinto al que se había asumido como correcto hasta ahora”, cuenta la primera autora del artículo, Joana Segura.

(SERVIMEDIA)
01 Oct 2018
ARS/gja