Durante un encuentro informativo organizado por Servimedia, Pérez indicó que, "incluso en tiempos de normalidad, promover la agenda social y política de la discapacidad cuesta enormemente porque desgraciadamente todavía no hemos alcanzado esa prioridad que deberían tener los asuntos sociales".

Explicó que si poner en marcha estos proyectos "ya es arduo , cuando tenemos una parálisis tan prolongada y no existen expectativas de que se vaya a superar rápidamente es la tormenta perfecta para no hacer nada" y que todo siga igual.

A su juicio, "hay dos dimensiones que son dañinas: hacer mal y no hacer", y "ahora mismo, este no hacer es muy perjudicial. Puso como ejemplo la falta de presupuestos y aseguró que "estamos atados de pies y manos".

En su opinión, los representantes políticos "demuestran una gran inmadurez, y no son conscientes de la enorme responsabilidad que adquieren cuando los votantes ponemos en sus manos nuestra voluntad". "No están a la altura del encargo" y deberían "pensarse si dimitir en bloque por incompetencia", declaró.

FUTURO INCIERTO

No obstante, el presidente del Cermi rechazó que esta parálisis suponga un riesgo para la supervivencia económica de las asociaciones de la discapacidad, por lo menos de ámbito estatal, aunque sí mostró su preocupación por su impacto en la efectividad práctica de dichas entidades.

"La lección de la agudísima crisis que vivimos de 2008 a 2017 supuso para las organizaciones de la discapacidad y del Tercer Sector una cura de salud enorme", dijo, con lo que "si había algún michelín, que creo que no, se adelgazó y nos quedamos absolutamente en los huesos", indicó.

"No creo que ninguna gran organización esté en peligro de supervivencia", agregó Luis Cayo Pérez, aunque insistió en que "si esto se prolonga en el tiempo no vamos a ofrecer resultados a nuestra base social y no vamos a ser útiles a las personas que decimos representar".

A su juicio, "la prestación de servicios por parte de las asociaciones es muy relevante", pero con ellos "llegamos solo a una parte de la población". En cambio, con la reforma de leyes, la aprobación de presupuestos o el impulso de nuevas normas "llegamos a millones de personas que están mucho más allá de los socios de nuestras organizaciones. Así se alcanza el universo amplio de toda la discapacidad". "Nuestra labor es trabajar para gente a la que no conocemos y que ni conocen al Cermi ni a sus organizaciones específicas de discapacidad", prosiguió, pero que "sin ser conscientes se benefician de la mejora del entorno, de la legislación aprobada, de la aprobación de presupuestos y del ejercicio de derechos conseguidos. Por eso necesitamos que Gobierno y Parlamento funcionen a pleno rendimiento", concluyó.