“El conservadurismo es un proceso natural, casi de autodefensa respecto a una realidad que va cambiando y va dejando de ser esa en la que uno participó activamente y se desarrolló”. Esta frase, que bien podría atribuirse a una de las reflexiones melancólicas de su personaje -el detective Mario Conde-, corresponde a su creador, considerado uno de los mejores cronistas de la Cuba contemporánea a través de la ficción y la novela negra.

Padura nació en La Habana en 1955 y, ya entrado el mes de noviembre de 2019, pasea por el lobby de su hotel en sandalias. “Como Hemingway”, bromea. Su habitación está a escasos metros de la antigua Cárcel Real de Sevilla, hoy sede de la Fundación Caja Sol, donde se desarrolla el Congreso de la Asociación de Academias la Lengua Española, en el que participa como miembro de la Academia Cubana (ACUL).

Entre tanto académico, confiesa que esta cumbre sobre el español es de los pocos espacios donde “me siento joven”, dado que la media de edad es notablemente elevada. Sobre todo, si se tiene en cuenta que la mayoría de academias sólo renuevan su membresía cuando perece alguno de sus académicos.

“Tal vez los académicos pequemos de conservadores”, arranca tras ser preguntado por el inmovilismo que muchos afean a las academias y la norma. Sin embargo, asegura que él procura estar del lado de lo que se habla en la calle. “En mis novelas, mis personajes hablan el cubano de hoy y estoy muy atento de la manera de cambiar las expresiones que se usan en la calle. La lengua es un organismo vivo que cambia y se enriquece”, sostiene.

Sin embargo, no esconde su disensión con unos tiempos que, reconoce, le confunden. “A veces, camino por La Habana y siento que soy un extraño en una ciudad donde he vivido 64 años de mi vida”, relata. Ya en su serie policíaca sobre Mario Conde, el detective reflexiona a menudo sobre la juventud cubana y alerta del riesgo de que el país caribeño pierda su identidad cultural.

“Conde tiene suficiente inteligencia para entender. La juventud cubana de hoy es muy distinta a la de mi época por un carácter político, económico y temporal. En nuestro caso, los jóvenes éramos muchos más inocentes. Esta juventud está mucho más informada, tiene ambiciones muy precisas y muchos están emigrando. Cuba está perdiendo a esos jóvenes que tienen mucha preparación, y ellos son muy importantes para el desarrollo del país”, lamenta.

NETFLIX Y PADURA

Preguntado sobre 'Cuatro estaciones en la Habana', la miniserie basada en las novelas de Padura con Mario Conde a la cabeza y que emitió Netflix, entre otros, el escritor cubano se muestra satisfecho con el resultado, aunque señala que tuvo “una primera conmoción” al ver en la pantalla a “un personaje que nunca está descrito en las novelas”, como ocurre con el detective.

Aunque valora el trabajo realizado para producir la serie, en la que tanto él como su mujer, Lucía López Coll, se encargaron del guión, Padura opina que “hay una súper abundancia de series” que, a su juicio, implica que “se esté dejando de leer” o, al menos, “se lea menos”. No obstante, agrega que literatura y series “no tienen que ser antagónicos” y apuesta por que sean “complementarios”, como ocurre con su serie.

“GUERRA FRÍA”

En cuanto a la situación política en Cuba, apunta que la actualidad cubana camina a pasos agigantados. Tanto, que la última novela de Padura, 'La transparencia del tiempo' (Tusquets), acaba con el restablecimiento de las relaciones bilaterales entre Cuba y Estados Unidos mediante el anuncio que hicieron el 17 de diciembre de 2014 el entonces presidente estadounidense Barack Obama y su homólogo cubano, Raúl Castro, que abrieron la puerta a un deshielo histórico tras medio siglo de bloqueo.

Ahora, sin embargo, Donald Trump ha vuelto a amenazar con el embargo a Cuba y “ha creado una situación otra vez como de guerra fría, cuando parecía que esto estaba superado”. Ante el frentismo de Estados Unidos, Padura subraya el acercamiento de España. De hecho, el rey Felipe VI viajará este mes de noviembre en visita oficial, la primera de un jefe de Estado español a Cuba con carácter bilateral.

“Creo que España debe aprovechar muy bien esta situación y aumentar su presencia en Cuba. Las relaciones políticas (entre ambos países) han pasado por muchos momentos, tanto de gran acercamiento como de enfrentamiento y sería muy provechoso intensificar las relaciones y llevarlas a un punto en el que no hayan estado antes”, opina. Y es que, según el cubano, entre España y Cuba “hay una relación, más que sanguínea o familiar, visceral”.