Para contribuir a reducir el consumo de tabaco en los más jóvenes, los epidemiólogos apuestan por implantar el empaquetado neutro de las cajetillas de tabaco, prohibir el uso de aromas en los vapeadores con nicotina y aumentar el precio del tabaco.

Según la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes), el tabaco es una de las primeras sustancias psicoactivas que se prueban. El primer contacto se produce como media a los 14,1 años, y poco después, a los seis meses de probar el primer cigarrillo o vapeador, los jóvenes ya lo consumen diariamente.

El Grupo de Trabajo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Epidemiología ha publicado un documento con sus recomendaciones para que se tomen medidas que protejan a los menores y contribuyan a reducir el consumo de tabaco entre los más jóvenes.

No sólo preocupan los cigarros, sino también los vapeadores. Se estima que la mitad de los jóvenes de 14 a 18 años ha utilizado en alguna ocasión cigarrillos electrónicos (48,4%) y, de ellos, sólo el 9,7% lo había hecho con la intención de dejar de fumar o de reducir el consumo de tabaco.

De hecho, la industria del cigarrillo electrónico ha sabido cómo fidelizar a los jóvenes y hacer sus aparatos más interesantes para los adolescentes, creando “aromas atractivos”. Por eso, los epidemiólogos abogan por prohibirlos, como ya ocurre con otros productos de tabaco.

Los expertos recordaron que el tabaco es “la única sustancia de consumo legal que causa la muerte a la mitad de sus consumidores”. De hecho, el Grupo de Trabajo de Tabaquismo ha estimado que, en España, el consumo de tabaco causa al año 56.000 muertes.

Asimismo advirtieron de que el consumo de los productos que contienen nicotina, entre ellos los cigarrillos electrónicos, y la exposición al humo ambiental del tabaco, aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias e incrementan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y cáncer, entre otros muchos graves problemas de salud.