Discapacidad

La atleta Meritxell Playá deberá volver a revalidar su clasificación por el aplazamiento de los Juegos Paralímpicos

MADRID
SERVIMEDIA

La joven promesa del atletismo paralímpico Meritxell Playá tendrá que volver a revalidar su clasificación para los Juegos Paralímpicos de Tokio como consecuencia de su aplazamiento por la pandemia.

La atleta admitió en su intervención en el programa ‘Objetivo Tokio’ de Teledeporte que cuando se decidió el aplazamiento de los Juegos Paralímpicos fue “frustrante” ver que su clasificación para Tokio, lograda al conseguir la medalla de bronce en salto de longitud en el campeonato del mundo, no iba a servir, puesto que tendrá que volver a refrendarla a lo largo de la presente temporada.

Playá relató que “nos llevamos una gran alegría cuando conseguí la medalla de bronce porque era un billete directo a Tokio”. Sin embargo, al haber tanto tiempo de por medio “hay que hacer la mínima B para revalidar el estado de forma. Es un poco frustrante, pero es lo que toca, es lo necesario y se afronta como todos los otros retos que tenemos”, afirmó.

Aseguró que va a intentar lograr esa mínima B (4.56 m.) “cuanto antes posible”, si puede ser en las próximas citas previstas, como el Meeting Internacional de Hospitalet (el próximo 31 de octubre) o el Campeonato de España que está pendiente de reprogramarse.

Meritxell Playá explicó también muy pedagógicamente las principales diferencias que ella encuentra entre el salto de longitud de personas ciegas con respecto al de atletas sin discapacidad, destacando como una de las fundamentales la compenetración guía-atleta mediante la comunicación verbal.

“Se han de poner en práctica conocimientos técnicos para que el atleta con discapacidad pueda aprender”, pero lo más importante, a su juicio, es “saltar muchas veces, y tener cuidado para no hacerse daño y coger miedo”. “El miedo es lo que más nos impide alcanzar nuestro máximo potencial”, añadió.

Asimismo, recordó que “no es lo mismo el entrenamiento de una persona que ve al técnico y puede imitarle y el que no lo ve”. Por lo tanto, “se tiene que permitir que el entrenador toque a la persona y también que pueda aprender de otra manera, no de manera visual sino con explicaciones mucho más complejas. Además, el atleta no puede estar entrenando solo, sino que necesita esa ayuda casi constante”, continuó.

“Y a la hora de la competición, no estás sola, sino que necesitas esa conexión con la persona que al final es tus ojos” explicó, a lo que añadió que “tienes que saltar a ciegas y el aspecto de la confianza con esa persona también se tiene que trabajar mucho”.

(SERVIMEDIA)
09 Oct 2020
IAR/pai