Toros

Unos 430 millones de ayudas europeas acabaron en ganaderías taurinas en dos décadas

- Según un estudio de la asociación de veterinarios Avatma

MADRID
SERVIMEDIA

Cerca de 430 millones de euros en subvenciones a través de la Política Agraria Común (PAC) de la UE han terminado en manos de algo más de 600 ganaderías de toros de lidia en casi dos décadas y estas ayudas suponen en algunos casos hasta el 50% de sus ingresos.

Así se desprende de un estudio realizado por la asociación de veterinarios Avatma, que reúne a más de 600 profesionales del sector, y dado a conocer este miércoles. El informe analiza las subvenciones de la PAC que reciben ganaderías de lidia, empresas y particulares que están o estuvieron vinculadas a ellas.

El estudio indica que algo más de 600 explotaciones ganaderas se dedican, de forma parcial o total, a la crianza y selección de bovinos de raza de lidia que, "en teoría", como resalta el informe, venden sus animales para festejos taurinos en plaza o bien los alquilan o venden para espectáculos taurinos populares.

Los datos económicos recogidos en la investigación comprenden los periodos 2002-2013 (en algún caso, 2001-2013) y 2018-2019. No hay datos de 2014 a 2017 en la web del Ministerio de Agricultura, fuente de información del estudio junto con la página 'Subsidio Agrícola' (2002-2013), editada por Open Knowledge Foundation Germany.

El informe indica que 276 ganaderías de lidia habrían cobrado entre 50.000 y 500.000 euros, 85 ganaderías entre 500.000 y un millón de euros, 121 entre uno y cuatro millones, y nueve ganaderías entre cuatro y 6,5 millones.

Entre ellas están La Ganadería el Tajo, del extorero Joselito, que recibió 1.226.975 euros; la Ganadería el Freixo, de El Juli, con 1.280.127 euros; la ganadería de Espartaco, que recibió 3.506.765 euros; las de los hermanos Lozano, con 2.314.365 euros, o las de Victorino Martín, presidente de la Fundación Toro de Lidia, con 1.237.963 euros.

"Esto resulta especialmente sorprendente considerando la constante petición de ayudas públicas que este colectivo ha venido pidiendo desde que comenzó la pandemia", indica Avatma. El montante total asciende a cerca de 430 millones de euros para algo más de 600 ganaderías de lidia.

Desde Avatma indica que estas cifras llaman la atención en un sector cuya media de coste salarial mensual es de 5.246 euros, según un estudio de la Universidad de Navarra, lo que demostraría "una creación de empleo muy modesta, con una media de cuatro trabajadores por ganadería".

PROPIETARIOS DE TIERRAS

Además, el estudio contabiliza ayudas de la PAC (Feaga/Feader) que han favorecido a familiares directos (propietarios de tierras) de estos ganaderos y que están o estaban, de una u otra forma, vinculadas a este sector. Si algún ganadero es o era titular de más de una ganadería o hierro, se han sumado en una única cifra lo percibido de la PAC por cada una de ellas.

"No todos los montantes económicos recopilados vienen derivados de la crianza de bovinos de lidia, pero sí han sido percibidos por sus responsables como propietarios de tierras en los que, entre otras actividades, se seleccionan este tipo de animales. Queda claro, por lo tanto, que la Política Agraria Común favoreció la existencia y el crecimiento de este tipo de ganaderías", afirma Avatma.

La organización veterinaria sospecha que "muchos cultivos a los que estas explotaciones se dedicaban fueron eliminados o minimizados por sus propietarios para dedicar el espacio que ocupaban a la crianza de animales de lidia". Por ejemplo, la producción de aceite de oliva disminuyó en un 11% en 2005.

"Posiblemente les resultaría más rentable otro tipo de 'producción', especialmente en los tiempos de bonanza de la tauromaquia, y, además, pudieron verse influidos por las coyunturas de las políticas económicas de la Unión Europea, que subvencionaban la retirada, obligada o voluntaria, de determinadas tierras de labranza o subvencionaban en menor cuantía determinados cultivos", apunta Avatma.

El presidente de Avatma, Enrique Zaldívar, recalcó que "esto echa por tierra la creencia de que, sin raza de lidia, las superficies en las que se explotan ('dehesas'), desaparecerían". "A la crianza de las especies domésticas mencionadas, debemos añadir la del porcino ibérico, del que dicen, es el único que rentabiliza este tipo de espacios", agregó.

CAMBIO DE SOCIEDADES

El informe muestra que muchas de estas explotaciones figuran a nombre de sociedades limitadas, sociedades anónimas, empresas agropecuarias, sociedades de transformación agraria, comunidades de bienes, sociedades cooperativas, sociedades civiles participadas, etc. "Nadie o casi nadie conoce quiénes están detrás de ellas. Algunas de estas sociedades cambiaban de nombre de unos años a otros y su domicilio de recepción de las ayudas, en ocasiones, no coincide con la ubicación geográfica de la ganadería", indica.

El informe llama la atención la presencia del sector inmobiliario, del arroz, del aceite y del vino. Tampoco faltan familias de la aristocracia y determinadas sagas familiares, propietarias de grandes fincas y dehesas en diversas provincias, especialmente en comunidades autónomas como Extremadura, Castilla La Mancha, Castilla y León, y Andalucía (Osborne, Domecq, Pérez Tabernero, Cobaleda, Galache, Cebada Gago, Guardiola Domínguez, Valdenebro, Bohórquez, Núñez, Albarrán, Cascón, de la Cova, Escobar, Escolar...).

Muchas de estas ganaderías, según Avatma, están "en manos de familias que, en muchas ocasiones, se han enraizado a través de esta actividad y se compran y venden entre ellos este tipo de explotaciones y de animales".

BIENESTAR ANIMAL

En los últimos años, estas ayudas se han supeditado al cumplimiento de normas sobre el respeto al medio ambiente, la salubridad y calidad de los alimentos, el bienestar animal (desde 2007) y la seguridad e higiene en el trabajo (condicionalidad). Se trata de ayudas que no se plantean sobre criterios productivos, sino de calidad medio ambiental.

Según estas premisas, Avatma considera que "las explotaciones que se dedican, total o parcialmente, a la crianza de bovinos de lidia no atesoran algunas estas condiciones que exige la PAC". Por ejemplo, la carne de bovinos lidiados incumple las normas de salubridad y de calidad como alimento, y el bienestar animal no existe en todas las fases de su crianza.

"Si nos atenemos a la realidad de este tipo de explotaciones, es evidente que, si no fuera por estas ayudas, las de la PAC, la mayoría de ellas no serían rentables. Entendemos que muchas se sostienen por el capricho de sus propietarios, que cubren sus gastos con otro tipo de ingresos. En resumen, la percepción de estas ayudas financieras, que en algunos casos llegaron a alcanzar el 50% de los ingresos de la ganadería, desligó al ganadero de lidia de la demanda de reses para la celebración de espectáculos taurinos", apuntó Zaldívar.

Con este informe, Avatma apoya la iniciativa de Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea del Parlamento Europeo, en el se encuentra Equo y que, en forma de enmiendas al reparto de la PAC, se votará esta semana en la Eurocámara.

"La tauromaquia es cosa del pasado. En pleno siglo XXI torturar animales para disfrute y espectáculo no es en ningún caso cultura, ni mucho menos digno de ser financiando con dinero público de todos los europeos y europeas", concluyó Florent Marcellesi, coportavoz de Equo y exeurodiputado de Los Verdes Europeos.

(SERVIMEDIA)
21 Oct 2020
MGR/gja