Fuentes de la federación andaluza de Izquierda Unida se remontaron a marzo para explicar la secuencia de acontecimientos que desembocó el miércoles en la expulsión de Rodríguez del grupo parlamentario, en virtud de una decisión de la Mesa de la cámara autonómica, donde PP, PSOE y Vox apoyaron una petición de IU y Podemos que apelaba al Pacto Antitransfuguismo, pues la defenestrada, que pasará a ser diputada no adscrita, ya no milita en ninguno de los partidos con cuya coalición obtuvo su escaño.

En concreto, a la votación de finales de mes en la que Anticapitalistas, la antigua corriente interna de Podemos a la que pertenece Rodríguez, consumase su escisión desde la “estrategia legítima”, admiten las fuentes consultadas, de buscar una ruptura mediante la construcción de partidos soberanistas de izquierdas como la CUP también en Andalucía, y, como motivo cardinal, el rechazo absoluto a cualquier pacto con el PSOE, en la región pero también en el Gobierno de coalición estatal.

Según los promotores de la expulsión de la expresidenta del grupo, ésta quiso hacer de esa estrategia la de todo Adelante Andalucía, coalición que consideran que era “la expresión singular de Unidas Podemos en la comunidad”, para crear “un partido nacionalista andaluz”, como ella misma admitió en verano, que estaría dispuesto a enfrentarse electoralmente a Unidas Podemos tras por rota la confluencia. Criticando por igual al Gobierno de Juanma Moreno que al de Pedro Sánchez, Rodríguez dejó sin voz a la oposición al primero y al grupo que debía poner en valor en Andalucía los logros del Ejecutivo de coalición.

Esta intención se habría visto consumada en una serie de hechos prácticos, que habrían ignorado los intentos de Unidas Podemos para que el grupo fuera la voz de todos. Por un lado, la negativa de Anticapitalistas a mancomunar la marca ‘Adelante Andalucía’, que el nuevo partido escindido de Podemos registró por su cuenta; por otro, apropiándose de las redes sociales de la coalición echando a los representantes de IU; y, finalmente, comunicando hace un par de semanas al Parlamento andaluz que los ingresos económicos al grupo tenían que hacerse en otra cuenta bancaria. Llegados a este punto, creen que su voluntad de separación no tenía vuelta atrás.

NO PREMIAR A LOS TRÁNSFUGAS

En IU creen que no cabía otra solución que la expulsión de Rodríguez y otros siete diputados que, como ella, se quedaron en Anticapitalistas y por tanto desgajaron de Podemos. Otros tres siguen militando en el partido de Pablo Iglesias y dependerá de éste decidir si los mantiene o no. Cualquier otra cosa, piensan, sería naturalizar y premiar a los tránsfugas. A partir de ahora, aunque la mayoría de los diputados que quedan en el grupo son de IU, desde esta formación aseguran que trabajarán en coordinación con Podemos y que además tenderán la mano a los otros socios originales de Adelante Andalucía, Izquierda Andalucista y Primavera Andaluza.

Desde Unidas Podemos rechazan que Rodríguez haya puesto el acento en que la expulsión se haya producido durante su baja maternidad, especialmente desde que la ministra de Igualdad, Irene Montero, dijera esta mañana en una entrevista que “la política no para durante nuestros permisos”. Las fuentes consultadas subrayan que la baja no le ha impedido cambiar la cuenta bancaria del grupo parlamentario y sentencian que no se le ha declarado tránsfuga por ser madre, sino por hacer transfuguismo.

Fuentes cercanas a la diputada que registró el escrito en la Mesa del Parlamento, Inmaculada Nieto, explican que ella avisó antes por correo a los ocho diputados expulsados y a los portavoces de los grupos, y se sorprendieron de que los defenestrados presentaran en menos de 45 minutos uno de réplica, lo que les invita a pensar que eran conscientes de que sus actos podían desembocar en la expulsión.

En IU Andalucía afirman que la dirección federal que lidera Alberto Garzón estaba informada del movimiento pero que dejó libertad de acción a la federación regional. También les consta que la dirección estatal de Podemos estaba al tanto y habría incentivado la expulsión, especialmente desde que la diputada en el Congreso Martina Velarde ganó en junio las primarias de Podemos Andalucía, a las que ya no se presentaron los Anticapitalistas.