Discapacidad

La doctora en Comunicación Cristina Gómez denuncia que la universidad "es una carrera de obstáculos para las personas con fibromialgia"

MADRID
SERVIMEDIA

Cristina Gómez tiene 36 años, sufre fibromialgia desde 2013 y es doctora en Comunicación por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) a pesar, dice, de todos las barreras que "tuve que romper porque la universidad es una carrera de obstáculos" para las personas que sufren esta enfermedad.

No le gusta que la traten como heroína, que la cosifiquen en ese papel, lo que quiere "es que nadie tenga que volver a pasar por lo que pasé yo para poder doctorarme". "Por eso reivindico más atención para las personas con fibromialgia en el ámbito universitario", asevera en una entrevista con Servimedia.

Cristina no sólo logró doctorarse en el año 2017, sino que además logró que la editorial Shangrila le haya publicado su estudio sobre 'El nuevo cine checo', de los años 60, "el primero en español sobre este tema".

Sin embargo reconoce que culminar el doctorado "me costó muchísimo". "Estaba muy mal, llena de dolores, la fibromialgia es una enfermedad muy dura, no podía estar más de una hora y media al día ante el ordenador. Pero no tiré la toalla, logré doctorarme y acabar también el libro", relata.

Pero en esta carrera de obstáculos como ella define su trayectoria universitaria hubo momentos realmente difíciles. "Como cuando presenté un proyecto de modelo de defensa adaptada de la tesis, solicitando una defensa grabada y que se enviara al jurado, que fue rechazado porque no había protocolo para mi caso. Me parece tan injusto. Le escribí una carta al rector de la UCM explicándole lo que me pasaba, un documento médico exhaustivo y jamás me contestó. No están abiertos al diálogo con las personas con discapacidad. Y, sin embargo, ahora llega la pandemia y en ciertas universidades las tesis doctorales se están haciendo online", denuncia indignada.

Antes de la aparición de la enfermedad esta doctora se marchó con una beca a Nueva York y estudió un máster de relaciones internacionales. "Me especialicé en refugiados y me quedé a trabajar allí, en el Observatorio Latinoamericano. Pero en 2013 tuve que volverme porque estaba muy malita, tenia afectado todo el sistema nervioso central y no podía hacer ya mi vida normal. Preferí volver a España para tratarme", explica.

"La fibromialgia paró mi vida totalmente. Ya no podía trabajar, el dolor te irradia por todo el cuerpo. Pasé de trabajar 1.000 horas al día en Nueva York a no poder hacer nada. Tuve que parar durante años, hacer muchos tratamientos, visitar muchos médicos, para intentar recuperar mi vida", recuerda con tristeza.

En cuanto mejoró un poco decidió hacer el doctorado aprovechando el material de investigación que sobre el cine checo había recopilado antes de caer enferma, pero dice categóricamente que "no recomiendo a nadie con esta enfermedad, que intente hacer el doctorado". "Lo mío ha sido un milagro porque tal y como está hoy la UCM, es inviable".

"No quiero que vean mi historia como una historia de superación, no quiero que se ponga el enfásis en mí, sino en las barreras que hay que superar. La sociedad nos discapacita, nos invisibiliza, no se nos proporciona la autonomía que precisamos para sacar lo máximo de nuestras vidas. No es cuestión de actitud, sino de dar a las personas los medios adecuados", enfatiza Cristina.

Ahora esta doctora y escritora sueña con ser profesora de Universidad y en promocionar su libro "a pesar de la pandemia", pero sobre todo aspira a "estar mejor, tener menos fatiga, menos dolor" y seguir luchando porque "es la esencia de la vida".

(SERVIMEDIA)
15 Nov 2020
MAN/mjg