Acoso escolar

El Cermi ve en los derechos humanos el “antígeno más poderoso” contra el acoso y la soledad en el alumnado con discapacidad

MADRID
SERVIMEDIA

El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) afirmó este viernes que para luchar contra la soledad y el acoso escolar contra el alumnado con discapacidad “tenemos la vacuna desde 2008, que es la Convención Internacional de la Discapacidad”, por lo que reclamó no “perder más tiempo” e inocular a toda la comunidad educativa “con los antígenos más poderosos, que no son otros que los derechos humanos”.

En estos términos se expresó el delegado del Cermi para los Derechos Humanos y la Convención Internacional de la Discapacidad, Jesús Martín Blanco, durante el webinario ‘El acoso escolar como factor de soledad en las niñas, niños y adolescentes con discapacidad’, el último de una serie de seis encuentros telemáticos organizados por el Cermi y el Real Patronato sobre Discapacidad para abordar desde diferentes puntos de vista el binomio soledad y discapacidad.

“En la escuela pasan muchas cosas importantes que nos acompañarán el resto de nuestra existencia: aprendemos a sumar, a leer, a pensar… Pero sobre todo, nos asumimos o deberíamos asumirnos como parte de un grupo, nos relacionamos, forjamos nuestras primeras amistades. En definitiva cursamos el conocimiento de la convivencia”, declaró Jesús Martín, representante del Cermi en el Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar. Así, subrayó que “la convivencia debe ser tarea de toda la comunidad educativa”.

En esta línea, Carmen Jáudenes, de la Comisión de Educación Inclusiva del Cermi, resaltó que “necesitamos que los centros escolares sean espacios sanos”, sin “rechazo, acoso y violencia”. Además, avisó de que el acoso no sólo se da en espacios lectivos, sino en otros entornos informales. También alertó de la especial exposición a la “discriminación” y las “dificultades de participación” que sufre el alumnado con discapacidad por las “barreras físicas, de comunicación y mentales”.

IMAGEN POSITIVA

Para cambiar esta situación pidió “generar una imagen positiva de uno mismo en la infancia con discapacidad”; combatir el acoso y la soledad desde el “primer eslabón, que es el desconocimiento”; reforzar la formación del profesorado; mejorar la atención a las víctimas del acoso, y crear canales de denuncia sencillos, entre otras propuestas.

Y es que, Sabina Lobato, de Fundación ONCE, recordó que esta organización realizó un estudio con el apoyo del Cermi que refleja la mayor exposición del alumnado con discapacidad al acoso y ciberacoso. Según se puso de relieve, los cursos con más casos son Primero y Segundo de la ESO y la mayoría de estudiantes con discapacidad que sufren acoso aseguran que es por sentirse “diferentes”.

Mientras, Ruth Vidriales, de la Confederación Autismo España, centró su intervención en analizar los factores que hacen que el alumnado con trastorno del espectro autista (TEA) estén más expuestos a situaciones de acoso y destacó que para estas personas la escuela es “un entorno muy complejo” por todas las barreras existentes.

Ricardo Ibarra, de la Plataforma de Infancia, mostró su preocupación por el hecho de que “cada vez se recrudece el acoso por las nuevas tecnologías”, al tiempo que reclamó más medidas para “prevenir el acoso”, proporcionando más recursos al profesorado y trabajando con el propio alumnado.

EL RECREO, ASIGNATURA MÁS DIFÍCIL

En el apartado de testimonios en primera persona, Belén González, joven ciega, relató como “en primero de Primaria mis compañeros no me hablaban y me di cuenta de que mi asignatura más difícil sería el recreo”. Pese a las diferentes situaciones de acoso que vivió, que tuvo que “normalizar aunque no fuera normal”, Belén confesó que lo que más le dolió fue la actitud de los profesores.

Ignacio Pantoja, joven con TEA, expresó que también sufrió acoso desde los tres años hasta los 18 años, una situación que se vio agravada porque pasó mucho tiempo hasta que se le diagnosticó su discapacidad. “Sigo teniendo pesadillas con las cosas que viví hace tantos años, porque he vivido muchas agresiones y nadie hacía nada”, dijo Ignacio, quien dijo que, si bien en la universidad no vivió agresiones, “sí me hicieron el vacío”.

Como ejemplo de buenas prácticas de que la inclusión es posible, Endika, un chico de 12 años con parálisis cerebral que requiere de grandes apoyos, explicó que siempre se ha sentido acogido en su colegio gracias a contar con los recursos y la implicación precisa de la comunidad educativa.

INICIATIVA POSITIVA

El Real Patronato sobre Discapacidad y el Cermi han organizado esta serie de seis webinarios sobre soledad y discapacidad que ha permitido abordar la soledad desde diferentes vertientes, como la situación de las personas mayores con discapacidad, la soledad en la etapa universitaria, el suicidio como “el mayor fracaso social”, la soledad en la población femenina con discapacidad y la problemática del acoso escolar.

Tanto la directora ejecutiva del Cermi, Pilar Villarino, como la consejera técnica del Real Patronato sobre Discapacidad, Maite Fernández, pusieron en valor la iniciativa llevada a cabo y expresaron su compromiso para seguir trabajando juntos para visibilizar estos problemas y avanzar hacia la plena inclusión de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la vida.

(SERVIMEDIA)
13 Nov 2020
DMM/mjg